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- Synopsis: Introducción/ IntroductionKeywords: Honduras; hondureño; Chicago; HonduranTranscript: AINSLEY GALVEZ: ¿Hello? Okay, yo creo que ya [risa]. Pues, gracias por hacer esto para mí, um, ¿te quieres introducirte? [risa]
JOSÉ LUIS ESCALANTE: ¿Qué quieres que diga, mi nombre?
GALVEZ: Pues sí.
ESCALANTE: Uh-huh. Uh bueno, soy José Luis Escalante y soy de origen hondureño, nací en Honduras y vivo aquí en el área de Chicago desde hace 9 años y medio. Casi—casi 10 años ya.
GALVEZ: Wow.
ESCALANTE: Mmm-hm.
GALVEZ: No se siente así.
ESCALANTE: Mmm-hm. [risa]. - Synopsis: Vida y costumbres en Honduras durante su niñez / Life and customs in Honduras during his childhoodKeywords: costumbres; muerte; velación; posadas; natividad; comunidad; fallecia; customs; death; funerals; wakes; Christmas; communityTranscript: GALVEZ: Um, pues dime de cómo te criaste o como creciste.
ESCALANTE: Bueno, yo crecí en—en—en Honduras, en un barrio, uh, de la periferia de la capital de Honduras que se llama Tegucigalpa [despeja la garganta] el nombre de mi colonia, de mi barrio es Colonia San Francisco—ehm— crecí en una familia de 5 hermanos, éramos 5, todos varones, todos hombres—eh, mi papá trabajaba casi todos los días, mientras que mi mamá nos cuidaba a los 5, y mi mamá estaba siempre en la casa con nosotros. Y pues, este—el barrio donde vivíamos era un barrio, pues, pobre, este… las calles eran de tierra y había algunas carencias al nivel, eh—económico. Por ejemplo, yo recuerdo cuando éramos niños no teníamos… no había, por ejemplo, letrinas donde hacer las necesidades fisiológicas, no teníamos un sistema de sanidad de, a ese nivel. Entonces, prácticamente teníamos que ir al, a un cerro [risa] un cerro, o un terreno así baldío que eran como un potrero como decíamos allá. Unos eran así de—de descampados, eran de, la gente iba para hacer eso, ¿no? porque no había. Esas condiciones de salubridad, pa que, aun que suena increíble, así era, así crecí yo hasta el año después, ya empezó haber un proyecto de alcantarillado o sanitario para toda la comunidad. Pero, viví los primeros años de mi vida en esa situación. No era muy difícil, porque nos acostumbramos. Claro, no era normal, ni era bueno.
GALVEZ: [risa]
ESCALANTE: Pero así era como vivíamos.
GALVEZ: Se acostumbra uno.
ESCALANTE: Se acostumbra uno.
GALVEZ: [risa]
ESCALANTE: Si, increíblemente.
GALVEZ: ¿Y quién empezó el movimiento?
ESCALANTE: Para eso de la—bueno, este, creo que hubo un proyecto allí, eh, del gobierno. No sé si era del gobierno central del país o del gobierno municipal. No estoy muy seguro de eso, pero creo que consiguieron fondos para ese proyecto para saneamiento básico. Y sí, se hizo, ¿no? Y partir de acá que han tenido su servicio sanitario, no, ¿verdad? Entonces, se acabaron los problemas de...
GALVEZ: [risa]
ESCALANTE: ...de ese tipo. Pero, lo que sí, recuerdo mucho era que la comunidad empezar queda un comunidad pobre con dificultades, pues, había paz, por lo menos. La violencia, no. Prácticamente no existía. Y la gente se respetaba, había respeto, ¿verdad? Había mucha convivencia. Me acuerdo que los vecinos teníamos una—una relación muy estrecha. Un vecino era casi tu familia, ¿no? Lo vías como eso, como tu familia. Un vecino, una vecina, ¿verdad? Y eso era muy bueno, era algo muy, muy bueno. Porque este—cualquier situación que pasara, tus vecinos estaban allí para apoyarte, ¿verdad? Lo que sea que fuera necesario para apoyarte, te apoyaban, ¿verdad? Era como sentirte como que ellos te vieran como tu familia. Recuerdo eso mucho, y me agrada mucho a recordarlo porque este—fue algo muy bueno, ¿verdad? Muy bueno. Nos ayudábamos entre todos eh—el mal de uno generalmente era el mal del otro.
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Era una comunidad muy fuerte, muy, muy unida en ese sentido, ¿no? Entonces, no había problemas de, digamos, de—de convivencias, pues. Porque, la gente era muy da a compartir. Um—a estar unidos, ¿verdad? Hacer que la de más personas se sintieran parte de su entorno, parte de su, de su familia, podemos decirlo así. Eso me acuerdo mucho, me gusta mucho a recordarlo…
GALVEZ: [risa]
ESCALANTE: porque, este—aunque mucha de esas personas ya fallecieron, ¿no? Hablo de las personas mayores cuando yo era niño. Tengo recuerdos muy gratos de ellos. Yo crecí en un ambiente así, ¿verdad? Donde había mucha convivencia, mucha fraternidad, digamos, ¿verdad? Donde el respeto era una cosa que se nos—que se nos inculcaba, ósea teníamos a respetar a las personas mayores. No podías hablarle en una manera de—de inapropiada eh—tenías que pedir las cosas “por favor.” Cuando te servían algo decirles “gracias.”
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Este si alguien estaba en dificultades, tenías que correr a ayudarle, ¿no? Por ejemplo, si una persona mayor venia cargando unas, una bolsa y eso tenías que ir y ayudarlos. O sea, eso lo que te ensañaban que...
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: …no podía ser indiferente con, con las necesidades de los demás. Yo crecí en ese ambiente, ¿verdad? Y, y, por ejemplo, mi mamá nos decía mucho eso, mi mamá. Mi mamá, más que mi papá—porque mi papá estaba todo el día afuera trabajando—pero mi mamá si nos decía “las personas mayores nunca se les contesta.” O sea si, por ejemplo, alguien, un mayor te regaña, o te llama la atención por algo, tú tienes que guardar silencio. No tienes que decirles nada. Porque es una persona mayor. Si te está diciendo algo, tiene sus razones, entonces tú, verdad, guardas silencio, ¿verdad?
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Y si te pregunta, entonces contéstale. Pero no te pongas estar discutiendo con una persona mayor, eso no es correcto. Entonces el respeto que nos sentíamos los jóvenes o los niños, para las personas mayores era muy grande. Y mirábamos a las personas mayores con mucho respeto y con cierto temor.
GALVEZ: [risa]
ESCALANTE: Porque ellos tenían el, tenían el autorización de nuestro padres. Si decíamos algo malo, nos podía castigar. Si, yo me acuerdo eso. Pero este, creo yo que, a pesar de eso, este, era bueno. Era buen porque pues, había, digamos, prudencia, no eramos—teníamos, que lo más jóvenes, o los niños teníamos que actuar con prudencia.
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Con respeto, ¿verdad? Este, no podíamos hacer cosas que ahora, inclusa la misma comunidad donde soy yo, son muy comunes, los niños son groseros a personas adultas: les gritan, les contestan mal, les dicen groserías, eso era de mi época, tiempo, cuando yo era niño ósea no era posible. Era impensable que eso ocurriera y se ocurría, tenía consecuencias muy serias. [risa]
GALVEZ: [risa]
ESCALANTE: Si, eso te puedo decir un poco de, de mi convivencia.
GALVEZ: Y tu dijiste que, um, tus vecinos también te ayudaba mucho cuando había, como, una dificultad o con tiempos difíciles.
ESCALANTE: Mmm-hm.
GALVEZ: Um… podías a decir, como, ¿una ocurrencia donde aprendiste eso?
ESCALANTE: Un ejemplo— [risa]
GALVEZ: Yeah.
ESCALANTE: Si, por ejemplo, te digo algo, este—no sé, un vecino se enfermó y era sería el—la enfermedad que tenía. Y, por ejemplo, era la persona que proveía para su casa que era el persona que traía dinero para la—para comprar la comida y eso. Entonces como estaba enfermo, pues nadie más hacia eso. Entonces los vecinos nos uníamos y le ayudábamos a esa familia, ¿verdad? Cada quien daba un poquito lo que tenían para que esa gente comiera, ¿verdad?
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: O la gente preparaba comida, mi mama preparaba comida, este, mi vecina preparaba comida, y le llevábamos comida a ellos. Generalmente nosotros los niños era lo—éramos—digo, nosotros niños cuando yo era niño. [risa]
GALVEZ: [risa]
ESCALANTE: Éramos, que llevábamos la comida, ¿verdad? Y la gratitud de la gente, era algo grande, ¿no? Mientras la persona que estaba enferma se recuperaba. Si, si, si es que se recuperaba, ¿no? Este, digamos que como que la comunidad se encargaba que esa persona no le faltara, por lo menos lo básico. Que era su, su alimentación.
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Y sea que ayudarle por ejemplo a—sacar su basura, limpiarle su casa, las vecinas, las mujeres pues iban y hacían eso. Y los varones se encargaban de, de sacar la basura, de botar la basura, ¿verdad? Eso es un ejemplo que te puedo decir como ayudábamos. Otro ejemplo que te puedo poner es cuando era, por ejemplo, fiesta como la Navidad o la Semana Santa, eh—era muy tradicional compartir. Por ejemplo, la gente hacia comida, ¿no? Comidas que son típicas de esa época, por ejemplo, los tamales y hacían estas ciruelas en miel, que le dicen ciruelas en mieles.
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: La miel, pues, del dulce que se saca de la caña de azúcar, no, ¿verdad? Eh—se ponían a cocinar ahí eso que era, como platos típicos. O rosquillas. Rosquillas son como una especia de, de rosca que le, que son redondas que tenía un hoyo en medio. Y se hacen como de maíz. Y se—se hornean como una especia de pan, eh—seco que es muy bueno cuando lo, lo combinas con el café, sabe delicioso. Uh-huh. Y entonces, es, todas esas cosas las compartíamos, ¿verdad? Las compartíamos la ge—los vecinos nos traían a nosotros que los que habían hecho. Nosotros les llevábamos de lo que habíamos hecho. Y eso era muy común. Por ejemplo, en las navidades o los fines de año, a las doce de la noche cuando ya era la navidad, que ya era el día de 25, ¿no? Por ejemplo, salíamos todos abrazarnos. Iba tú de casa en casa dandole un abrazo a cada uno de los vecinos, a la señora, a los—a los señores, ¿verdad? A tus vecinos que eran de tu misma edad, por ejemplo, ¿verdad? Era algo tradicional, muy lindo, muy bonito, yo recuerdo mucho de eso porque—te—te digo convivencia eh—que generaba eso, era muy fuerte, ¿no? Los lazos, los vínculos, de fraternidad que esto, esto, estos pactos generaban, era algo muy grande, muy fuerte y tú esperabas cada—esa época del año tú la esperabas con—con ansiedad porque era bonito hacer eso, ¿no? ¿Verdad? Y lo mismo para el día, eh, para el fin de año lo que al—por ejemplo, el 31 de diciembre a las 12 de la noche que ya en realidad fue el primero de enero siguiente año, hacíamos lo mismo, salíamos y nos abrazábamos nos decíamos “¡Feliz Año Nuevo!” y—y generalmente también se compartían las comidas, ¿verdad? Se compartían las comidas. Pero eso era como la expresión más grande digamos de la unidad había en la comunidad, pero en realidad se quedaba para todo el año. Porque si alguien tenía un problema, tú vivas ahí. Buscabas la manera para ayudarle. Me refiero a la personas adultas y los niños, más jóvenes, éramos parte de ese ambiente y lo hacíamos, ¿verdad? Por ejemplo, si una persona fallecía, o sea otro ejemplo que te puedo dar. Una persona en la comunidad fallecía, ¿verdad? Y pues no tenía, digamos la gente para comprar el ataúd, ¿no? Le ponen cuerpo del difunto, del fallecido. Hacíamos como una coperacha, una colecta, ¿no? Se recogía dinero, lo poco que teníamos, pues tan poco que la gente no tenía mucho dinero, ¿no? Pues, los salarios eran bajos y apenas, pues sí, alcanzaba para lo básico de cada familia. Pero aún se hacían un esfuerzo, digamos se—se, se compartían, ¿no? ¿Verdad? Entonces así se conseguían proveerle a esta familia para que al menos su difunto, su fallecido, su muerto por fuera estuviera dentro de un ataúd, una caja. Y también se colaboraba porque el—un velatorio de un—de un fallecido generalmente se hacía toda una noche, del día que fallecía y el entierro, verdad, el sepelio, el enteramiento era el día siguiente. Entonces esa noche siempre, se le daba a la gente que asistía al velatorio, se le daban café con pan o algo de comida o algo de bebidas. Entonces, también colaborábamos para eso. Cada familia ponía algo de dinero o compraba las cosas y se las daban a la familia, que había perdido su ser querido. Y también era un momento para convivir, para recordar lo que esta persona había hecho en su vida y se contaban historias de quien era esta persona. A veces había cosas graciosas, entonces, aunque era un momento de duelo, era de dolor para la familia, nunca faltaba que alguien a contar algo chistoso y divertido. Entonces todo nos reíamos y pues que te diré— era algo muy bonito, no triste, pero bonito en el sentido de recordar la vida de esta persona. Más que lamentar su muerte, pues a recordar a su vida. Y al día siguiente todos íbamos acompañar a la familia del fallecido hasta el cementerio, se enteraba y luego se les acompañaba durante todos los otros días, se hacían en rezo, digamos, que eran las oraciones que se le hacen tradicionalmente en nuestro países Latinoamérica. Este—estos rezos del novenario, que le llaman, son 9 días que se les rezan en el noveno día y otra vez se hacía como un especio del velatorio porque nos quedamos toda la noche era de desvelarse toda la noche y otra vez de tomar café y de recordar al difunto. Esa era algo muy tradicional. Y recuerdo mucho esas cosas porque unían a la comunidad. Son algunos ejemplos que te puedo—hay muchas otras cosas que te puedo decir, pero creo que con esto sea suficiente, ¿no? - Synopsis: Memorias de la escuela / Memories of schoolKeywords: escuela; educación primaria; niñez; grammar school; primary education; school; childhoodTranscript: GALVEZ: ¿Y dónde fuiste a la escuela?
ESCALANTE: Pues, la escuela que yo asistí era una escuela que estaba muy cerca de mi casa. Es una escuela elemental, escuela primaria. Aquí se dice “Elementary school.” Una escuela elemental de primaria de primer año hasta sexto. Solamente esto era lo que se daba allí. Esa escuela se llama, porque todavía existe, se llama “Escuela Doctor Jesús Aguilar Paz.” Ese nombre se lo pusieron en memoria de la persona que dibujó el primer mapa político de Honduras. Ese señor fue el que hizo eso. Entonces como un reconocimiento a este hombre se bautizó esta escuela con el nombre de él. Y pues en—en esta escuela íbamos, pues, todos los que vivíamos en la comunidad. Verdad. La comunidad donde yo crecí tenía muchos sectores, ¿verdad? Por ejemplo, yo me crie en el sector de la popular. Así se llamaba el sector donde yo vivía. La popular era como la parte alta del cerro, porque yo me crie en un cerro, pero en la parte alta del cerro era como una especie de meseta, digamos, ¿no? Como la parte plana, ¿no? De la cumbre del cerro donde yo vivía. Y en ese lugar que yo me crie se llamaba la popular. Era un bloque como de 64 casas, todas se parecían, un proyecto que hicieron ahí y por alguna razón, mi familia fuera ahí, mi mamá y mi papá, ¿verdad? Yo no nací ahí, porque nací en otro barrio, en otro lugar cercano de allí, pero cuando yo tenía uno meses de vida, eh—mi hermano mayor ya habido nacido. Pero cuando tenía unos meses de vida, mi papá y mi mamá se mudaron allí. Porque la mamá de mi papá, mi abuela paterna, vivía allí. Y así nos fuimos dando allí, porque mi papá quería estar cerca de su mamá, ¿verdad?
GALVEZ: ¿Como se llama el barrio?
ESCALANTE: El—el barrio, sí, te decía que se llama Colonia San Francisco ¿o el barrio donde yo nací?
GALVEZ: Uh los dos. [risa]
ESCALANTE: El barrio donde yo nací se llama Monseñor, que era en memoria de un obispo de la Iglesia Católica. Se llama Monseñor Ernesto Fiallos, creo que fue obispo de la capital de Honduras, de Tegucigalpa. Y allí yo nací en ese barrio. Pero te digo, eh—eh—solo vivía unos meses después mi nacimiento, porque nací en la casa donde vivíamos.
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Eso me lo contó mi mamá. Todo mis hermanos se nacieron en la hospital, pero yo nací en la casa—en la casa donde vivíamos. Porque mi abuela, la mamá de mi papá, era pat—eh, ella era partera y entonces ella le ayudo mi mamá a traerme a m?í a este mundo, ¿no? [risa] Si, y de hecho fue mi abuela la que puso mi nombre, ¿verdad? A ella se le ocurrió que yo me tenía que llamar José Luis. Y mi mamá y mi papá no dijeron nada. [risa]
GALVEZ: No podían
ESCALANTE: No pues, porque te digo, no, que lo que las personas mayores decían eso era prácticamente la ley, ¿no? ¿Verdad? Y ni mi mamá y papá contradijeron a mi abuela, entonces. Y me gusta el nombre de hecho, ¿no? Creo que no es tan mal mi nombre. [risa] Entonces así me llamo, José Luis porque mi abuela me dio ese nombre. Pero después nos mudamos allí a—al barrio si ya nací, ¿no? Perdón, donde me crie. Y fui a ese escuela que te digo allí estuve los seis años de la primaria, del primero hasta el sexto grado. Sí, era una escuela mixta donde llevábamos niños y niñas, ¿verdad? Me acuerdo que usábamos un uniforme, porque teníamos usar uniforme. Y de hecho todavía se usa un uniforme en las escuelas de Honduras. Ese uniforme era la oficial que era color de la bandera de mi país que es azul y blanco, ¿verdad? Usábamos pantalón azul y camisa blanca, era obligatorio. Si no te llevaba ese uniforme, no te dejaban entrar, ¿verdad? Tenías que ir con tu uniforme.
GALVEZ: ¿En serio?
ESCALANTE: Sí. [risa]
ESCALANTE: Así es como funciona. Y de hecho sigue haciendo así, eso no ha cambiado.
GALVEZ: ¿Todavía?
ESCALANTE: Todavía, sí.
GALVEZ: Y—Indira y Nahara fue a ese escuela o no?
ESCALANTE: Indira y Nahara fueron a otra escuela, mis hijas, sí. Fueron a—estuvieron en una escuelita como un kínder, ¿no? Para niños pequeños cuando ellos tenían como cinco años. Este, y sí, usaban uniforme. Creo que era—no me acuerdo muy bien el color. Pero no era azul y blanco. Pero como era un—las escuelas públicas sí, tenían que usar uniforme de color azul y blanco.
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Las escuelas privadas, no.
GALVEZ: Oh.
ESCALANTE: Era diferente. Cada escuela tenía su uniforme. Creo que ahora mismo si lo han…
GALVEZ: …¿cambiado?
ESCALANTE: Lo han cambiado. Lo han homogeneizados. HAY QUE…todos tienen que llevar azul y blanco, pero en esos tiempos, no. En esos tiempos, las escuelas privadas tenían como ese privilegio de enseñar su propio uniforme. Ese primer uniforme que usaron mis hijas la verdad no me acuerdo que color era. Pero sí, tenían su uniforme. [risa]
GALVEZ: ¿Ellas fueron a una escuela privada?
ESCALANTE: Era una escuela—era una escuelita pequeña, pero sí, era privada, tenías que pagar, no, ¿verdad? Pero en ese tiempo nosotros, pues, mi esposa y yo teníamos trabajo, ganábamos, más o menos bien. Entonces podíamos—podíamos pagar por ellas y pagábamos de hecho. No era mucho, ¿verdad? Pero la escuela nos gustó porque era una escuela bilingüe, o sea, ahí le ensenaban algo de inglés. Verdad, entonces, podían aprender también, pues, otro idioma. Ya, eso es. [risa]
GALVEZ: ¿Y qué memorias tenías—tienes durante el primer a sexto grado?
ESCALANTE: ¿De la escuela?
GALVEZ: Sí
ESCALANTE: Oh. Mira que, muchas memorias. Por ejemplo, estaba bien—cuando iba a la escuela apenas tenía, este, seis años. Creo que entré a la escuela con seis años y medio.
GALVEZ: ¿En primer grado?
ESCALANTE: En primer grado. Y yo no fui a—no fui a—al, a la escuela eh—como le llama, yo no cursé educación prescolar. Ósea, yo fui directamente de mi casa, fui a la escuela primaria. No hice kínder y esas cosas, ¿no? Que le llaman que es educación prescolar. Yo fui directamente, y eso fue muy, fue muy difícil para… Yo recuerdo muy bien eso porque fue traumático para mí como niño, ¿no? Por ejemplo, me sacaron prácticamente de la casa a la escuela sin ver nada a otra cosa, ¿no? Había un programa en la televisión que era, en realidad, una programa de la televisión mexicana que lo pasaban mucho en Honduras. Ese programa se llama, o se llamaba, no sé si todavía lo dan, Plaza Sésamo.
GALVEZ: Oh yeah. [risa]
ESCALANTE: Si, esa Plaza Sésamo, en aquel tiempo me acuerdo yo siendo un niño, te ensenaban muchas cosas del alfabeto, por ejemplo. Yo allí, con ese programa aprendí a conocer las letras, allí conocí las letras, porque allí ellos tenían esa enseñanza, ¿no? Los números allí te lo enseñaban, ¿verdad? Eh—los colores te lo enseñaban allí también, eh—muchas cosas como esas, la forma geométrica, el triángulo, el cuadrado, el círculo. Todas esas cosas yo aprendí viendo ese programa de Plaza Sésamo. Entonces, cuando yo fui a la escuela, eso me ayudó mucho porque, yo ya—esas cosas ya las sabía, ya las había aprendido, ¿verdad? Incluso sumar, restar, cosas así, muy elementales, ¿no? Pero el trauma para mí fue salir de la casa y tener que a ir a la escuela. O sea, yo lloré—yo creo que lloré como una semana completa.
GALVEZ: [risa]
ESCALANTE: Una semana completa sin parrar de llorar porque no quería a ir. Siempre me llevaban, pues, ¿verdad? Y mi mamá me decía que si no iba, me iba castigar. Y castigar era que te daban con la correa, con el cinturón, con la faja, que decíamos nosotros. Y te daban bien duro.
GALVEZ: [risa]
ESCALANTE: Entonces, era escoger entre que te dieran con el cinturón o ir a la escuela. Entonces preferí a ir a escuela. Aunque fuera solo llorar. [risa] Y estuve así, llorando, llorando, estoy hablando del primer grado, ¿no? Como una semana. Y recuerdo que la profesora contó una historia. [risa] La profesora contó una historia para que el llorón dejara de llorar, ¿no?
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Y fue una historia así, como de miedo, ¿verdad? Contó, dice, “había un niño dice que eh—cuando iba a la escuela, lloraba mucho, y solo pasaba llorando, llorando, llorando y pasaba llorando y un día de tanto llorar, ya no, ya no, ya no echaba lágrimas, lo que echaba era sangre,” dice.
GALVEZ: No. [risa]
ESCALANTE: Cuando yo escuche eso de la sangre, yo digo yo, se acabó, y ya no, ya no vuelvo a llorar más. Y sí, fue el remedio, te digo. Ya no volví a llorar más, porque me daba miedo que, en lugar de lágrimas, me saliera sangre de los ojos. Imagínate la maestra, que ocurrencia, ¿no?
GALVEZ: [risa]
ESCALANTE: Pero recuerdo mucho eso a pesar de estaba bien pequeño, ¿no? Seis años y medio, imagínate. Y luego pues, la maestra que teníamos era muy buena, ¿verdad? Se llamaba Rosa María, hasta el nombre me acuerdo, imagínate. [ruido con boca] Cuarenta años después y todavía recuerdo el nombre de mi maestra. La profesora Rosa María. Este, el primer año lo pasé bien. Creo que era un niño bien eh—listo, ¿no?, para aprender. No, no tenía problemas para aprender. Aprendía rápido. Me gustaba. Me gustó, me gustó mucho la escuela. Me gustaba la maestra porque era muy buena, muy paciente, nos consentía mucho. Y me encantó el primer año de la escuela, ¿no? El segundo año, igual, ¿verdad? Ya le fui encontrando el gusto cada… ¿verdad? Y creo que—siempre sacaba buenas notas, era como un alumno así, sobresaliente, ¿no? Porque me gustaba mucho estudiar. Me gustaba leer, me gustaba estudiar. Y no se me hacía difícil. Y las maestras que teníamos siempre tenían maestras, mujeres. Eran muy buenas ellas. El segundo año, pues, tuvimos una profesora que ella era—se llamaba Gloria. Esa profesora usaba unos lentes gruesos. Porque era miope. Pero gruesos, no tienes un idea—un vidrio así, super grueso, era como casi un telescopio.
GALVEZ: [risa]
ESCALANTE: Y me acuerdo que ella era bien dulce, ¿no? Su modo, pero, este—pasaron varias accidentes con ellas. Una vez, ella nos dieron permiso de jugar en el aura de futbol, fuimos a jugar futbol allí, soccer, ¿no? Y me acuerdo que yo tiré la pelota, sin querer, ¿no? Y le pegué en lo a—en los anteojos, en los lentes y se cayeron los lentes. [risa] Se cayeron—se le cayeron los lentes porque yo la golpeé con la pelota, con el balón. Imagínate. Y luego, en Honduras, el Día de Niño se celebra en septiembre, el diez de septiembre, el día de niño. Me acuerdo que había piñatas, y pusieron una piñata para nosotros en, allí en el aula y entonces, cuando me tocó el turno a mí de darle a la piñata, creo que la maestra quiso quitarme el—el palo ese para darle al piñata no? Y como no pudo agarrar el palo, yo le di en la cabeza allí.
GALVEZ: [suspiro] No. [risa]
ESCALANTE: Si, imagínate [haga cara dolorida].
GALVEZ: ¿Te enojaron?
ESCALANTE: Esa profesora sufrió conmigo.
GALVEZ: [risa] ¿Era—era la misma?
ESCALANTE: Era la profesora de segundo año, sí. Gloria se llamaba, la profesora de los anteojos, la misma, sí. Esa vez le di con la pelota en la cara y boté los anteojos, y la otra vez le di un palazo en la cabeza.
GALVEZ: [risa]
ESCALANTE: Sí. Ay, pobrecita la Profesora Gloria. Pero no, no, no. Fue un accidente, ¿no? Me castigó, pero—pero, pues, yo le pedí perdón y eso. O sea, los años después fueron muy buenos. Tengo, hice mucho—hice un amigo entrañable, ¿no? Todavía a esta altura yo recuerdo mucho. Se llamaba Carlos. Siempre le decía Carlitos. “Ay, Carlitos.” Porque hicimos como así, como clique, ¿no? Como…había química entre nosotros. Desde primera—y casi fuimos compañeros todos los años, desde primero hasta sexto. Y fue mi mejor amigo en la escuela, Carlitos. Todo bien la escuela, todo bien, te digo, no tuve problemas para aprender, para relacionarme con—aunque el bullying era algo muy frecuente en esos años. Los grandes siempre te molestaban, te fastidiaban. Entonces, eh—fue difícil librarse de eso, pero digamos que era algo como normal. Sabíamos que los grandes nos iban a molestar, entonces no nos causó trauma, digamos de, ni sufrimiento. Bueno, sufrimiento del momento, sí. Pero, después ya no, o sea no, realmente no pasaba nada. Uno convivía con eso. Aunque era difícil, no nos hacía problema, ¿verdad? Si la cosa ya se hacía muy grave, entonces tu tenías dos alternativas: o los decía a los maestros, para que disciplinaran al tipo, porque ya la cosa era muy grave y ya se había escapado de las manos. O le decías a tus padres, ¿verdad? Para que ellos hicieran algo. O si tenías un hermano mayor que era más grande de quien te molestaba, pues le decías a tu hermano mayor y tu hermano mayor se encargaba, ¿no? Mi hermano mayor se encargó, por cierto.
GALVEZ: ¿En serio?
ESCALANTE: Varias veces, de—de bullying [risa] de tipo que me hacían bullying, ¿no? Mi hermano mayor llegaba y—y lo ajusticiaba. [risa] Lo golpeaba o lo amenazaba, “Si vuelves a tocar a mi hermano, voy a venir a buscarte, así mejor déjalo tranquilo.” Generalmente me dejaban tranquilo.
GALVEZ: [risa]
ESCALANTE: Sí.
GALVEZ: ¿Y qué te hacían?
ESCALANTE: Pues te golpeaban, te daban así en la cabeza, que te golpeaban la mano en la cabeza.
GALVEZ: ¿En serio?
ESCALANTE: O te daban una patada o—o te agarraban tu cosa y te lo botaban. Eran así. Cosas así. ¿no? Groserías, ¿sí? O te decían groserías. Se burlaban de ti. Te ponían malos nombres, malos apodos, sobrenombres. Un montón de cosas así, pero te digo uno sabía que eso era parte de la vida en ese tiempo.
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: No te hacía muchos problemas. Salgo cuando ya era algo muy grave. Yo casi siempre llamaba a mi hermano cuando me golpeaban, ¿verdad? No me gustaba, no creo—a nadie le gustaba que lo golpean, lógicamente. Pues, a mí tampoco. [risa] Cuando alguien se sobrepasaba, y yo no podía defenderme. Entonces yo llamaba a mi hermano y mi hermano iba y generalmente lo golpeaba también. O me los traía a mí para que yo golpeara, cosa que yo—no así era, yo solo decía que no volviera a molestar, porque si no iba llamar a mi hermano. Y generalmente, verdad ya—ya, ya no me molestaban más, me dejaban tranquilo.
GALVEZ: [risa]
ESCALANTE: Si, pero, mis años después recuerdo mucho. Era una escuela pequeña. Era una escuela como era como una especie de—de un cuadrado, no, ¿verdad? Tenía varios pabellones, pero cerrados. Pero un forma de un cuadro y en el centro había un pequeño cancha de basquetbol, de baloncesto, y nosotros la usábamos, más que para jugar baloncesto, lo usábamos para jugar futbol, no, soccer, porque soccer es el deporte más popular. Siempre ha sido en mi país, ese. Y ahí jugábamos en la, en los recreos, digamos daban un tiempo de recreo a la mitad de la jornada de clases. Y recuerdo mucho eso. Me encantaba jugar ahí, correr, patear la pelota. Eh—a veces jugábamos en la lluvia. [risa] No nos dejaba jugar en la lluvia, pero éramos osado, no. Nos poníamos a jugar en la lluvia entramos todos mojados al aula, pero nos castigában. No siempre hacíamos eso, pero había veces que—que empezaba a llover y nos quedábamos ahí, jugando.
GALVEZ: [risa]
ESCALANTE: Sí. Pero era muy bonito el ambiente de la escuela. Los maestros eran muy buenos. Eh, generalmente, nunca tuve problemas de disciplina. Yo siempre me portaba bien. Pero, hubo veces que, para defenderme del bullying, tuve que pelear, ¿no? Porque era la única forma, ¿no?
GALVEZ: Mmm-hm.m.
ESCALANTE: Para que te respetaban, tenías que defenderte. Y a veces me vi involucrado en peleas por defenderme a mí, por defenderme, o por defender a otros. Por ejemplo, una vez estaban molestando a Carlitos, ¿no? No, que tocaba a Carlitos, se metía en problemas conmigo, ¿no?
GALVEZ: [risa]
ESCALANTE: Me acuerdo que por eso me peleé con—con otro compañero, peleamos a los puños, imagínate. Y me llevaron a la dirección cuando…llevarte a la dirección era a enfrentarte a un castigo físico, que te golpeaban. El maestro, el director tenía, generalmente tenía, una—una regla, no, de madera. Y te daba con eso y te daba, pero con todo tipo, no. Te daba en las nalgas, sí bien fuerte.
GALVEZ: [risa]
ESCALANTE: Sí, hasta que te hacían llorar. Y me acuerdo que saben—sí, me llevaron a la dirección, pero como los compañeros vieron lo que paso, vieron que el que empezó el pleito fue el otro y yo. Solo me defendí, o por defender este a mi amigo, entonces, a él, sí, lo castigaron y a mi no. O sea, me salvé de esa, ¿verdad? Pero después a mí me dio, así como—pesar en mi corazón que lo hubieran castigado a él, ¿verdad? Porque yo no quería pelear con él, pero lo hice por defenderme, o por defender a mi amigo. Son cosas que yo recuerdo mucho. Imagínate cuantos años han pasado de eso y lo recuerdo. Eso paso cuando iba al cuarto grado, tenía nueve años. Sí. Otra cosa bonita que me paso fue que…era aparte del equipo del soccer de la escuela. O sea, yo era—era un defens—un defensor, jugaba de defensor.
GALVEZ: [risa]
ESCALANTE: Y era—yo era muy pequeñito. No crecí mucho de todos modos, pero en aquel tiempo era de los más pequeños de estatura y me acuerdo que íbamos a jugar contra otras escuelas y sabe que teníamos un equipo muy bueno. Siempre ganábamos
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: [risa] Y recuerdo que esa año de la—del distrito donde nosotros jugábamos, quedábamos campeones. Ganábamos el campeonato local. Sí. Y el trofeo ese está allí en la escuela.
GALVEZ: ¿Todavía?
ESCALANTE: Hace muchos años fui—ya hace muchos años que no voy, pero hace unos años, todavía viví en Honduras, fui a la escuela por alguna razón tuve que ir…
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: …y ese trofeo estaba allí. Y ese trofeo lo ganábamos nosotros. [risa]
GALVEZ: ¿Y dice el año?
ESCALANTE: Sí, dice el año. Fue en el año, te digo, fue en el año ochenta y—no, ochenta, fue en el sí, pues si, fue en el año 1980. Exactamente. Porque en ese año yo estaba en cuarto grado. Sí, y éramos campeones. “Oh campeones, imagínate”
GALVEZ: [risa]
ESCALANTE: Recuerdo mucho eso.
GALVEZ: ¿Y tú jugaste en ese juego?
ESCALANTE: Sí, yo—es que yo era titular, ¿no?
GALVEZ: Oh.
ESCALANTE: Yo siempre, yo siempre jugaba. En ese juego, jugué también. Y también… bueno, tú sabes, ¿no? Uno es niño y te—y te empieza ver a las niñas. Y había una niña que me gustaba mucho. Se llamaba Daisy. Eh, era así como gordita, ¿no? Gordita y tenía los ojos, así como rasgados, como—como decimos nosotros allá cuando una persona tiene los ojos así pequeñitos, decimos que es Chinita. Como los chinos, ¿no? De allá, del país.
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Y yo así le decía a ella. En ese tiempo había una canción que se llamaba uh, ¿cómo se llama la canción? La Chinita, creo, sí. La Chinita. Que era un dúo que se llamaba Enrique y Ana y creo que ellos eran de México, este Enrique y Ana, o no sé si sean españoles. [Ellos son de España] No recuerdo muy bien, pero el caso es que cantaban esa canción de la Chinita. Pues, yo le cantaba esa canción La Chinita, quien me gustaba.
GALVEZ: [risa]
ESCALANTE: Si, le cantaba el “en un bosque, de la China, la Chinita se perdió”
GALVEZ: Oh yeah. Esa canción. Mmm-hm.
ESCALANTE: [risa] Esa canción. Y siempre le decía a yo a la niña esa, le decía yo “la Chinita.” Me encantaba, eran—yo le miraba muy linda ella, ¿no? Imagínate, nueve años.
GALVEZ: [risa]
ESCALANTE: ¿Puedes creer eso? Pero sí, pasa ¿no? Y esa es otra cosa que siempre recuerdo, ¿verdad? Somos amigos con ella y a veces nos escribimos así por Facebook. Ella vive en—creo que vive en Texas ahora.
GALVEZ: Oh.
ESCALANTE: Sí.
GALVEZ: ¿Entonces está viviendo en los Estados Unidos?
ESCALANTE: Sí, vive aquí en los Estados Unidos. Pero te digo que son cosas inolvidables, imagínate.
GALVEZ: [risa]
ESCALANTE: Inolvidable. O sea, es como esa primera experiencia de que una niña te gusta, siendo uno varón, ¿no? Verdad, y—
GALVEZ: ¿Ella te gustó también a ti?
ESCALANTE: Yo creo que si
GALVEZ: [risa]
ESCALANTE: Yo creo que sí. Yo creo que le gustaba que yo le cantara, que yo le dije “mi Chinita.” Creo que le gustaba mucho eso, sí. Porque después—años después, no, mucho años después, este—había un—tenemos un amigo en—con ella en común que ella le contó a el de que—que yo le decía “la Chinita” y que yo le cantaba y que habíamos sido novios, pero no es cierto, no fuimos novios. Pero—pero ella le dijo eso, no sé por qué.
GALVEZ: [risa]
ESCALANTE: Creo que le gustaba a mí. [risa] Pero recuerdo esas cositas de la escuela mucho. Um. Y fue triste cuando ya tuve que salir del sexto grado. Sí, fue muy triste porque me encantaba mi escuela—amaba a mi escuelita y no me quería ir de ahí.
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Pero tuve que irme. [risa]
GALVEZ: ¿Y dónde fuiste?
ESCALANTE: Ya la—empecé la secundaria, porque la secundaria allá empezabas, en lo que aquí le llaman el séptimo grado, ¿no?
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Alla era, este—a esos tres años del, lo que sería aquí el séptimo, octavo y luego, podríamos a decir, noveno, no, ¿verdad? Aunque aquí no hay eso de noveno, pero allá eran tres años, después del—de los seis años de la primaria, ibas tres años a la secundaria y eso—a eso se la llamaba eh—“Plan Básico.” Le decían “Plan Básico” o “Ciclo Común”
GALVEZ: Mmm.
ESCALANTE: Esa era el—la dominación que tenía en esos tres años, después de la primaria. En esos tres años era como—una cultura, enseñanza de cultura general, digamos. Aprendí de todo un poco. Aprendías, eh—de historia, de cultura general, cultura universal, historia de Honduras, en este caso del país, ¿no? Aprendía un poco de matemática, un poquito de algebra, un poquito de física, de química.
GALVEZ: Entonces…
ESCALANTE: Cosas muy básicas digamos.
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Pero muy generales. Y después de eso, ya podía escoger—como una carrera, podía hacerse así, ¿no? Claro, por ejemplo, si escogías una carrera como de, que llamaban comercio, no, comercio le llamaban y era el grado que la persona obtenía o el un joven obtenía, era como perito mercantil que era, como, por ejemplo, contabilidad muy básica, no. Como para trabajar en el sistema financiera del país como los bancos—
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Como un cajero, por ejemplo. Y digamos que, eso era lo más popular, lo más común porque, pues los muchachos cuando terminaban la secundaria querían a trabajar, ¿verdad? Pero a mí eso de las numero y eso, eso a mí no me llamaba la atención. Entonces, yo decidí después que termine esos tres años, me fui a este colegio que es el colegio más grande del país, sigue haciendo todavía, ¿no?
GALVEZ: ¿Cómo se llama?
ESCALANTE: Se llama Instituto Central Vicente Cáceres. Ese Vicente Cáceres era un maestro, verdad. Se hizo así, famoso este hombre, porque él fue unos de los primeros que luchó por los derechos de los—de los maestros. Él consiguió muchas mejoras para el gremio magisterial, verdad. Este—y se la recuerda mucho entonces honora él se les—se nombró este—a este colegio, que es el más grande. Colegio se le llama allá a los institutos de secundaria. Así se les dice, colegio. Aquí el colegio es como la universidad, ¿no?
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: No allá, el colegio es una cosa…
GALVEZ: Como “high school.”
ESCALANTE: Del nivel secundario. Como la “high school,” correcto. Sí, eso es un colegio de allá. Y pues fui a ese—Instituto Central, estuve allí los primeros tres años estuve allí. Aunque, primer y segundo año lo pasé bien, se me hizo un poco difícil porque era un cambio, ¿no? Verdad, de la primaria a la secundaria. - Synopsis: Abandonando el colegio para apoyar a la familia y la vida de su hermano en el ejército / Dropping out of high school to support the family and his brother's life in the armyKeywords: abandonar el colegio; educación secundaria; dropping out of high school; secundary education; ejército; military; armyTranscript: ESCALANTE: En el tercer año, ya no pude seguir. Empecé, pero no lo terminé. Me salí, porque tenía que trabajar. La situación de la familia no era muy buena, ¿verdad? Y tuve que salirme para buscar trabajo. Para ayudarle a mi familia, a mi—a mi herman—porque mi papá, este—desgraciadamente, tenía problemas del alcoholismo. Aunque él era responsable, siempre llevaba lo que podía a la casa. Parte de ese dinero, se lo iba a beber, ¿no? Verdad. Entonces estábamos en mala situación, éramos cinco, ¿verdad? Hermanos. Eh—yo era el segundo y mis otros hermanos, los tres, que estaban debajo de mí, pues, estaban pequeños, ¿no?
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Y eran totalmente dependiente, ¿no? No podían trabajar ni eso porque eran muy pequeño. Cuando yo empecé a trabajar, solo tenía catorce años. También era un niño, ¿no? Un adolescente, pues. Verdad. Pero con una de las maestras que tuve eh—en la primaria, en la escuela primaria, con ella conseguí mi primer trabajo. Porque ella era eh—tenía una familia que tenían como una [pensando] – especie de bodega, ¿no? Bodega de alimentos. Vendían allí de todo, granos, arroz, frijoles, maíz, azúcar, cosas así, ¿no? Manteca. Leche. Y ella me ayudó a conseguir trabajo allí. Solo trabajé una semana. Pero fue mi primer trabajo. Recuerdo muy bien. Y recuerdo que ese primer trabajo me sirvió para comprarme un—unos zapatos porque ya no tenía zapatos, verdad, unos zapatos rotos. Y con ese primer sueldo que gané me compré unos zapatos. Y lo que me—lo que me sobró, la diferencia, se lo dio a mi mama, y mi mama pudo comprar comida. Y así después de eso me salí de allí, y empec—busqué trabajo en otros lugares y así trabajé como eh—déjame ver. Ochenta y cinco—dos años tuve afuera sin estudiar. El ochenta y cinco, ochenta y seis, no estudié. Esos dos años trabajé. Entonces el dinero que yo ganaba, se lo daba a mi mamá y mi mamá compraba comida. Entonces con eso teníamos para pasar, ¿no? Y se le cansaba un poquito, pues le compraba zapatos a mis hermanos o ropa, ¿verdad?
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Y lo—fundamental era la comida. Porque si mi papa llevaba algo, pero no alcanzaba, éramos muchos, era muchas bocas. Éramos siete bocas allí para—para alimentar, ¿verdad? Ello—todos los adultos, mi papá y mi mamá y mis hermanos y yo, éramos siete personas.
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Ya, entonces, esos dos años que yo trabajé, pues, la libramos, ¿no? Porque—creo que mi hermano mayor también trabajaba. Ya en ese tiempo él estaba trabajando. No, mi hermano mayor se fue al ejército.
GALVEZ: Mmm.
ESCALANTE: Mi hermano mayor, si, así fue como—ya me acordé. Mi hermano mayor se fue al ejercito, siendo un muchachito de quince años, entró al ejército y no contábamos con él. Entonces, yo tenía que trabajar. Porque mi hermano mayor no estaba en la casa.
GALVEZ: ¿Po—Podías a entrar en al ejercito si eres chiquito?
ESCALANTE: Mm…Supuestamente, no, pero…
GALVEZ: [risa]
ESCALANTE: …a él, sí, le dejaron—dejaron quedarse. Y sí, el servicio militar era obligatorio en ese tiempo en Honduras. Y tenían que ir [ruido con boca]—tenían que ir ya los mayores de dieciocho años, tenían que ir obligatoriamente, verdad. Tenían que representarse a prestarse al servicio militar. Pero mi hermano decidió irse a los quince años. Esta—estaba loco mi hermano, no, porque, la vida de—del ejercito era la vida de perro, realmente. Te trataban muy mal. Los castigos físicos eran terribles. El entrenamiento que te daban era brutal. Yo odié eso siempre, nunca quise tener nada que ver con esa gente. Por sus procedimientos, sus métodos.
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Eran bestiales, eran brutales. Prácticamente te entrenaban para convertirte en un animal, no, de casa.
GALVEZ: [Hace cara sorprendida]
ESCALANTE: Si, así lo veo yo y creo que así era, ¿no? Y mi hermano se—se fue a meter a eso, sufrió y sufrió mucho, porque lo maltrataban, pero de una manera muy horrible.
GALVEZ: ¿Y porque obligaron al—a este—los personas más grandes a ir al ejército?
ESCALANTE: Era una ley de que tenías que servir, servir a tu país, ¿verdad? Y era—la ley decía que el servicio militar era obligatorio. A los dieciocho años tenías que enlistarte.
GALVEZ: ¿Aunque no—no había nada pasando?
ESCALANTE: No había guerra ni nada—bueno, en realidad en los años, en los años ochentas, en una situación de conflicto eh—regional en Centroamérica, ¿no? Había una guerra civil en El Salvador, había una guerra civil en Guatemala, y había una guerra eh—en Nicaragua eh—todas estas guerras tenían el propósito de—de derrocar a los gobiernos que estaban eh—en el poder en ese tiempo, ¿no? Eh—había una guerrilla allí de izquierda en—de tendencia izquierdista en—en El Salvador. Otra igual en Guatemala, y una guerrilla o una—un ejército irregular, digamos, en Nicaragua que quería derrocar al régimen Sandinista, que había ganado el poder en el año setenta y nueve. Yo era niño de nueve años en aquel tiempo y lo recuerdo muy bien. Entonces, Honduras estaba en medio, del fuego cruzado, podemos decirlo así porque Honduras tiene fronteras con esos tres países.
GALVEZ: Mmm.
ESCALANTE: Honduras empezó a recibir refugiados de los tres países. Tenía refugiado de Guatemala, en menor número, tenía refugiado de—del Salvador, y también tenía refugiado de Nicaragua, ¿verdad? Entonces para protegerse, fue la excusa que dijeron a ellos. Eh—aplicaron como a fuerza, esa ley del servicio militar obligatorio, que ya existía desde antes. Pero en esos años, los años ochentas, era muy rigoroso, o sea, el servicio militar se tenía que cumplir. A los dieciocho años, tu tenías que ir y enlistarte y generalmente, si cumplieras todos los requisitos, no tenías un defecto físico, que te imposibilitara, te quedabas ahí, ¿verdad? Pero, muchos muchachos no querían ir al ejército, porque era, ya sabían que era una vida muy, muy…mala, ¿no?
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Mal, brutal, te golpeaban, te maltrataban. Eh—entonces muchos no íban. Simplemente no se presentaban, ¿verdad? Entonces el ejército decidió cazarte. Prácticamente salían en sus camiones y te cazaban a la fuerza. Si tenías la edad, eh—o la aparentabas, te agarraban y te llevaban al cuartel. Cuando ya estabas en el cuartel se daban cuenta, por ejemplo, que no tenías los dieciocho años, ellos tenían que soltarte. Salvo que tu digieras que te querías a quedar, ¿verdad?
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Eh, si eran menor de dieciocho años, los padres, tu papá o tu mamá podían ir allá a llevar tus documentos y demostrar que tú no tenías la edad todavía reglamentaria. En ese caso, te soltaban. Pero repito, si el joven decía que quería quedar, pues entre ya y si, se quedaba.
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Mi hermano no—mi hermano no esperó ni los dieciocho. Él se fue a meter allí a los quince años. Entonces eso hizo que—que yo tuviera que trabajar. Yo trabajaba, prácticamente trabajé esos dos años. Y con mi trabajo damos a sacar la familia adelante, ¿verdad? Me toco eso, esa situación. Cuando—cuando ya este, cumplí diecisiete años, entonces eh—yo estaba bien involucrado en las cosas de la Iglesia Católicas. Era—era miembro de la Iglesia Católica y era miembro de un grupo juvenil que se llamaba Nueva Esperanza. Eh—en ese grupo hacíamos muchas cosas por la comunidad, unas cosas muy hermosas. Eh—y allí el—el, el sacerdote digamos el—el cura que era encargado de trabajo con jóvenes, él me preguntó a mí se yo estudiaba y yo le dije que no. Porque tenía que trabajar para ayudarle a mi familia, ¿verdad? Pero en ese tiempo, ya mi papá había dejado de beber. Entonces, la situación cambió.
GALVEZ: Mmm-hm. - Synopsis: Retorno a estudios con el apoyo de la iglesia / Return to study with the help of the churchKeywords: escuela; educación secundaria; colegio; igelsia; school; secondary education; high school; church; fé; faithTranscript: ESCALANTE: Mi papá había dejado de beber y entonces ya podía, aportaba más a la casa. Ya no tenía yo necesidad de trabajar. Entonces este cura, este sacerdote católico, me ofreció a mi apoyarme.
GALVEZ: ¿Para ir a estudiar?
ESCALANTE: Para seguir estudiando, sí.
GALVEZ: Mmm.
ESCALANTE: Y me dijo que bueno que pensara si yo quería también ser parte de su orden religiosa. Ellos eran de los Franciscanos, una congregación religiosa o una orden religiosa católica que se llama Los Franciscanos no era este santo de la Iglesia Católica, que se llamaba Fr—Francisco de Asís. Y entonces él me ofreció la posibilidad de que yo también me hiciera como un cura, ¿no? Como un sacerdote. Y me gustó la idea. Yo sentía que podía hacer eso.
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Me gustaba, ¿no? Entonces acepté la oferta de él, y seguí estudiando, pues volví al Central para estudiar. Y terminé el bachillerato porque la idea de estudiar bachillerato, lo que me facilitaba era el tiempo, ¿no? En lugar de estudiar tres años, solo iba estudiar dos años, a los dos años ya podía ir a la universidad. Y con ellos, con estos Franciscanos para poder entrar en su congregación, en su orden religiosa, te pedían mínimo que tuvieras un bachillerato. Entonces con esa idea que yo me metía estudiar bachillerato, para irme con ellos. Porque eso era que lo habíamos acordado con el padre, ¿no? El sacerdote. Pero, en ese proceso, conocí a la que es hoy mi esposa.
GALVEZ: [risa]
ESCALANTE: ¿Verdad? Entonces, en el segundo año de bachillerato, ya no estaba muy seguro yo de ser realmente quería ser eso, ¿no?
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Eh—pero igual intenté eh—estaba todavía estudiando, y me quedé un—un tiempo viviendo allí en la, en la casa cural, ¿no? Que era la sede de la parroquia católica donde, del barrio nuestro. Estuve como tres meses allí, la experiencia no—no fue muy buena porque este—pasaron cosas y en eso [pausa] empecé a tener como más acercamiento con—con mi esposa que, en ese tiempo, éramos, pues, solo éramos amigos, ¿no? Nos conocíamos del grupo. Nos conocíamos del barrio, yo ya me había hecho amigo con la hermana de ella y su mamá. Pero allí en el grupo en ese tiempo, en mi grupo juvenil es la Iglesia Católica, nos hicimos más cercanos con ella porque este eh—sacerdote, este cura decidió hacer como una, un grupo, digamos, que ayudara en un proceso de evaluación, de todo los grupos que había en la parroquia, como trece grupos juveniles. Y el grupo nuestro, donde estábamos con mi esposa—bueno, no éramos esposos en ese tiempo, eh—era el grupo más grande, Grupo Nueva Esperanza. Y entonces allí empezamos hacer más cercano con ella, nos hicimos más amigos, y creo que allí donde empezó realmente todo esta aventura, ¿no?
GALVEZ: [risa]
ESCALANTE: De querer estar juntos, y eso, ¿no? Y eso terminó con mi sueño de—de sacerdocio, ¿no?
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Porque dije yo, “No, mejor que me quedo con mi Leslie [risa] y ya no me voy al…y así fue. Entonces ya [pausa] decidí mejor, no hacerlo, no irme con los Franciscanos y pues, nos hicimos novios con mi esposa, y me matriculé en la universidad Autónoma de Honduras [pausa] que tiene su—sede principal. Aunque tiene centros regionales en el país, pero la sede principal está en las—en Tegucigalpa, la ciudad donde yo nací.
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Y fui, matriculé unas clases, y pues no ni si quiera terminé, me retiré porque empecé a trabajar. Me ofrecieron un trabajo, entonces dejé eso y empecé a trabajar. Necesitaba trabajar, pues, ¿verdad? Para apoyar mi familia otra vez y para prepararme para un eventual matrimonio.
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: [risa] ¿Verdad? Pero, esa fue mi historia en—en lo que es en lo—los estudios, ¿no? Después, sí, estudie un poco más en la universidad Pedagógica, la Universidad Pedagógica prepara los docentes del país al nivel así, superior, ¿no? Al nivel universitario. Y allí sí estudié como unos cuatro semestres, creo. Saqué unas diez, quince clases, nah, como diez clases. Matriculé más, pero no—no pude terminar, porque siempre por el trabajo, viajaba mucho. Incluso algunas de esas clases que saqué, las tuve que sacar a distancia, o sea que no iba todos los días, sino que iba por ejemplo un fin de semana, un sábado, y un domingo a las clases. Una vez al mes.
GALVEZ: ¿Y que eran las clases?
ESCALANTE: Ah, clases generales, de—de la universidad, pue—historia, eh—¿qué más? El español, ehm—estadística, mmm—que otra clase saqué? Idioma extranjero, física, física—educación física y deportes, mmm—no recuerdo cuantas—pero saqué como diez clases. Otras que ya eran poco de la, de la carrera que había decidir a estudiar—que era ciencias sociales, sociología, saqué sociología, filosofía, clases de esas, sí. Pero, mi carrera universitaria terminó bien pronto, porque no…me concentre más en el mundo del trabajo, ¿no? Era—yo era así como un autodidacto. Me gustaba mucho a leer. Leía mucho. Leí muchos libros, aprendí muchas cosas en los libros. Tenía como una cultura general, digamos, por la lectura que hacía. Todo que caía en mis manos, lo leía, me gustó mucho a leer, siempre. Entonces, digamos que tenía así, como una visión muy—muy general del—del mundo, de la cultura leía muchas cosas diversas, ¿no? Eso compensó el hecho un poco que no pudiera haber terminado una carrera en la universidad. Era muy estudioso para mi propia cuenta, leía mucho. Y viajé mucho, ¿verdad? Fui a muchos países, conocí mucha—muchas culturas, ¿no? Y eso me ayudó también mantener cómo—una visión muy general del mundo, ¿no? De, verdad.
GALVEZ: Y—
ESCALANTE: [me interrumpió] ¿De las, mmm-hm? - Synopsis: El trabajo voluntario en la comunidad lleva al trabajo y viaje con el Asociación Cristiana de Jóvenes / Volunteer work in the community leads to job and travel with the YMCAKeywords: Asociación Cristiana de Jóvenes; YMCA; trabajo; viages; viajar; work; job; fé; faith; igelsia; churchTranscript: GALVEZ: ¿Y viajaste pa—um, para tu trabajo?
ESCALANTE: Sí, en el—en ese trabajo que tenía, trabajaba con la—esta organización que se llama, aquí se conoce como la YMCA, ¿no? Eh—las siglas en español serían como Asociación Cristiana de Jóvenes. Entonces, este—yo entré a trabajar allí por mi conexión que tenía en la parroquia, te cuento—no sé si quieres te cuenta esto del—de lo que hacíamos en la parroquia, ¿verdad?
GALVEZ: Por supuesto. [risa]
ESCALANTE: Por ejemplo, la parroquia, siendo unos niños, ¿verdad? Te digo, yo empecé estar en este grupo de la, de la juventud, este grupo juvenil cuando tenía como catorce años. Entré al grupo, al siguiente año, el año ochenta y cinco fue que yo, pues, salí del colegio, tuve que dejar el colegio secundario para trabajar. En ese año llegó este sacerdote, del que ya te conté. El nombre era Carlos. Se llamaba Carlos Luís Castro. Este hombre llegó con un proyecto de trabajar con los jóvenes de la parroquia y fue algo muy bueno, muy acertado. Pero él tenía un carácter, un poco de así, agrio, no era así que, como hombre tosco, digamos, ¿verdad? Eh—Entonces, a la primera impresión que tenia de él es que era un hombre amargado, ¿no? Como enojado, como, verdad, irritado. Y entonces le teníamos como así, un poco de miedo, ¿verdad? Pero lo fuimos conociendo, fuimos viendo su gente diocesana. Eh—la cosa fue cambiando. Ya vimos que sí realmente, este hombre ya era un hombre que iba hacer grandes cosas para nosotros, los jóvenes, ¿no? De la parroquia. Y así fue. Y mira, él nos inculcó eh—este deseo de hacer algo para los demás. Quiera algo natural en nosotros, ¿no?
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: En lo que te contaba cuando yo era un niño y las cosas que hacíamos en el barrio. Pero él reforzó, digamos, esta idea de tienes que preocuparte por el—por la—el bienestar de los demás. Que es una perspectiva que te enseña, digamos, la—la palabra de Dios, ¿no? Verdad. Era una instrucción evangélica doctrinaria, digamos. Verdad. Hablando del—de la perspectiva de la biblia. Y él nos enseñó que había que hacer las cosas por amor a los demás, verdad. Porque era lo que el Señor mandaba, lo que Dios, Jesucristo, mandaba, ¿no? Y entonces nosotros empezábamos poner atención a estas cosas que él decía, ¿verdad? Y la atención que empezamos a poner era que mirábamos en nuestra propia comunidad, había gente más pobre que nosotros. Nosotros éramos pobres, pero había más pobres que nosotros, imagínate. Al menos nosotros teníamos un lugar donde vivir. Teníamos algo que comer. Pero empezábamos a ver que había mucha gente que vivía alrededor de—del nuestro vecindario, ¿no? Que no tenían una casa. Tenían, por ejemplo, así unas tres, cuatro palos clavados en la tierra y—y las paredes eran—era plástico y el techo era cartón, ¿verdad? Y allí en esa—en esa, en esa remedo de casa, habían niños. Era una mujer, generalmente, era una mujer sola con sus niños. Tres, cuatro niños, imagínate, viviendo en esas condiciones. Eso empezó cuestionarnos, ¿cómo es posible que la gente viva en estas condiciones? No puede ser, ¿no? Y haciéndonos niños, porque que te diré, yo tenía quince años. Entonces en ese tiempo y mis compañeros del grupo igual, los mas grande tenía veinte años, tal vez. Eran, de todos modos, jóvenes. Y empezamos a cuestionarnos, ¿qué podíamos hacer por esta gente? O sea, nos dolía el corazón que esta gente viviera así. Que estos niños—estas creaturas inocentes, vivieran así, ¿verdad? Decidimos hacer algo. Decidimos que—que a Dios no—no le agradaba que la gente viviera así. ¿Y empezamos—sabes que empezamos hacer? Empezamos hacer cosas. A vender comida, este, hacíamos fiestas, poníamos unas fiestas, si, por ejemplo. Eh— en uno local, de un—como una casa que estaba sola, ¿no? Verdad. Había una casa o el centro comunal de la comunidad. Eh—ahí hacíamos fiestas. Fiesta bailable, o sea—
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Con la música que le gustaba la gente, ¿no? Verdad. Y alguien tenía un tocadiscos, poníamos el tocadiscos allí este—alguien se encargaba a la música. Y mientras la fiesta estaba, teníamos sodas—vendíamos sodas, vendíamos comida. [risa]
GALVEZ: [risa]
ESCALANTE: Así como bocadillos, ¿no? Y—
GALVEZ: Pues era una pachanga.
ESCALANTE: [contestándome] Pues sí, eh—y mira que nos iba muy bien porque al final de las fiestas, contábamos la ganancia, ¿no? Por cada quien que quería entrar a la fiesta, tenía que pagar algo, no era gratis.
GALVEZ: Oh.
ESCALANTE: Por hacer el propósito.
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: La gente pagaba y le ofrecíamos bebida, le ofrecíamos—pero bebidas no alcohólicas, no. Pues no podíamos hacer eso. Pues sodas, o aguas y así, bocadillos. La gente pagaba por esos bocadillos o esas sodas. Y al final teníamos una ganancia, entonces hacíamos mucho de ese tipo—hacíamos rifas, incluso hasta un festival, nos inventamos un festival que lo hacíamos todos los años, un festival de la canción. Y en ese festival también cobrábamos, ¿verdad? La gente que quería entrar al festival tenía que pagar. No cobrábamos mucho pero como llegaba mucha gente, hacíamos buen dinero. Pero todo ese dinero que nosotros recogíamos de todas esas actividades, lo usábamos para ayudar a la gente. Teníamos un—un grupo de personas que ya había identificamos que estaba en peores condiciones que vivían así como te dije, casa de plástico, con techo de cartón, sin piso, suelo era de tierra, eh—no tenían ni comida, ¿verdad? Teníamos varias familias que ya habíamos identificado. Entonces decidimos construir casas. Las casas que construíamos eran casas de madera. La madera era muy barata en ese tiempo. Mucho más barata que—que los ladrillos o los bloques de cemento, ¿no? Y entonces comprábamos, con el dinero que teníamos, comprábamos madera, comprábamos las laminas para el techo, ¿no? Comprábamos los—los este, palos gruesos que eran para hacer las—los suportes de la casa, ¿no? Y cemento y arena para hacer la fundición, la base de la casa. O sea, si hacíamos una casa bien hecha, mucho de los muchachos que estaba en el grupo, trabajaba en construcción. Eran carpinteros. Eran albañiles o ayudantes de albañil. Sabían de eso.
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: ¿Verdad? Hicimos esa primera casa—el día que hicimos la primera casa, te digo que fue una cosa increíble, una sensación [pensando] muy fuerte, muy grande de—de satisfacción, ¿no? De saber que estábamos haciendo algo por alguien que realmente lo necesitaba. Y ves la alegría de esa familia, no, de esos niños que ahora estaba en una casa que no tenía que soportar frio, que no tenía que soportar la lluvia. Que por fin iba a tener lugar decente de donde vivir, ¿no? Comparado, como—como vivían antes. No, te digo que eso era [pausa] sentíamos que realmente estábamos haciendo lo que Dios quería que hiciéramos, ayudarle a los demás, que estaban en una situación difícil. Y mira, empezamos con la primera casa y logramos hacer como unas veinte casas. Y siempre estábamos haciendo cosas. Vendiendo esto, vendiendo el otro. Haciendo fiestas, haciendo rifas, haciendo festivales, ¿verdad? Cuando la gente de la comunidad empezó a ver que nosotros hacíamos esas cosas y “estos muchachos, son increíbles, hay que apoyarlos.” Y la gente empezaba a llevarnos—cosas, si tenían, por ejemplo, pedazos de madera, nos llevaban madera, nos llevaban clavos, nos llevaban cemento que había sobrado de una construcción que ellos hicieron. Nos llevaban cemento, arena, todo que ellos sabían que nos podía servir para la construcción. Nos llevaban dinero. Nos llevaban comida, ¿verdad? Decidimos incluso hacer eh—esa actividad de la, así llamábamos como la canasta de alimentos, le llamaban. Poníamos una canasta en la iglesia, en el templo donde hacíamos la misa, y le pedíamos a la gente que llevara, que nos ayudara a llevar comida, ¿no? Entonces llevaban granos, por ejemplo, arroz, frijoles, maíz, azúcar, manteca, pan.
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: ¿Verdad? Cosas así que—que sabíamos nosotros que le iban hacer—aceite, para cocinar. Eh—huevos, y llenábamos esa canasta y se lo íbamos a dejar a ellos, a la gente que—que sabíamos no tenían nada que comer, ¿verdad? Y eso lo hacíamos cada semana, cada semana. Íbamos un grupo de nosotros, lo que podían a ir, al domingo en la mañana, íbamos. Y así—y le llevábamos eso a la gente, orábamos, ¿verdad? Orábamos por ellos. Te digo que era una felicidad. Y me siento tan contento de haber participado en eso, haciendo yo muy joven, verdad. Eh—¿y sabes qué? [pausa] Cuando logramos a construir todas esas casas, [pausa] teníamos un nivel de reconocimiento, al nivel de la comunidad y más allá de la comunidad. Porque, un re—yo era parte del grupo del equipo coordinador, los que coordinaban al grupo.
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Lo grupo nuestro logro a llevar 120 jóvenes. Era un grupo grande, ¿no? Muchos jóvenes reunidos el promedio de lo que siempre estábamos allí éramos como ochenta, pero cuando llegaban todos lo que estaba allí, integrado, éramos 120. Muchos muchachos—muchos de ellos andaban de malos pasos, andaban en drogas, andaban en—haciendo cosas fuera de orden.
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Pero a raíz de la participación que tuvieron en el grupo, la formación que se le daba eh—cristiana es parte de la parroquia, mucho de esos muchachos cambiaron su vida. Se hicieron gente de bien. Y como hacíamos cosas en favor de los demás, eso les gustaba. Les a—les encantaban estar con nosotros—nos divertíamos, bailábamos, jugábamos, chisteábamos, hacíamos mm—de todo, muy lindo, ¿no? Pero lo que te quiero decir es que a raíz que hicimos todo eso proyectos, ¿verdad? Que Dios nos dio esa fortaleza para hacer esos proyectos llegó una organización a buscarnos. Era una organización—este no hubo ornamental que habían recibido dinero para proyecto habitacionales para familias pobres, ¿verdad? Y justamente, en esa zona donde vivíamos estaban buscando hacer un proyecto grande de—de casas para gente pobre. Y ellos habían escuchado que nosotros hacíamos eso. Que nosotros habíamos ayudado a familias, construyéndoles sus casas. Y nos buscaron, y resultó que el proyecto era para la reconstrucción de cien viviendas, imagínate. Íbamos a poder ayudar a cien familias. Y hablaron con nosotros, y negociamos el proyecto y nos lo dieron el proyecto. Nosotros no íbamos a ganar ni un centavo, no hacía—no hacíamos la cosa por dinero. No nos interesaba eso. [pausa] Pero sí, ellos iban a manejar la parte financiera del proyecto y nosotros íbamos manejar la parte operativa, logística, ¿no? Y así fue como se te—entonces construimos cien casas más. Para cien familias que estaban en situaciones, así como que te conté, ¿no? de pobreza extrema. E imagínate, la satisfacción de ver participado en una obra tan grande como esa, ¿no? Por todo lo que hacíamos, verdad. Fue algo—te digo, increíble. Increíble, porque éramos unos mocosos. Digo, jovencitos, no teníamos trabajo, no teníamos dinero, era—éramos dependientes, ¿verdad? Aunque yo trabajaba, a veces trabajaba, no era que siempre que tenía un trabajo estable.
GALVEZ: Mmm.
ESCALANTE: Hacía cosas que salían por allí. Pero igual, o sea, la gran mayoría de nosotros, no teníamos trabajo, digamos. Entonces, vivíamos del, de lo que nos daba nuestro padres, o lo que no nos daba nuestros padres, depende, ¿no? Pero, se lograron hacer esas cosas y fue [pausa] in-cre-íble [énfasis] para mí, te digo.
GALVEZ: ¿Y conociste las familias que ayudaste?
ESCALANTE: No las conocíamos porque eran gente de la comunidad. O sea, nos conocimos cuando fuimos hacer eso por ellos, ¿no?
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Verdad. Pero no, o sea, simplemente nosotros nos pasábamos en, en quien tenía mayor necesidad. Porque tú lo podías ver. O sea,
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Tu podías a ver en quien estaba en peores condiciones. Acuerda que te dije que todas éramos pobres. Pero allí había pobreza extrema, ¿no? Entonces a los que estaban en pobreza extrema, pues la miseria, ¿no? Prácticamente a eso era lo que había que ayudar. Porque a los que realmente más necesitaban.
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Si. Y a esa gente fue que se le ayudó con estos proyectos, ¿no? De las casas. Sí. Es más, mucho de los—de los hijos de esta gente, terminaron estando con nosotros en el grupo, ¿verdad? Se—se integraron al grupo nuestro o a otras, eh—área, digamos, de la parroquia. Verdad. Que eran para—para niños, para—o para la gente adulta. Te digo que fue una cosa maravillosa, ¿no? Pero bueno, eso fue la experiencia de la pastoral juvenil, digamos, de los grupos juveniles que yo—por cierto, eh—este cura confiaba mucho en mí y me nombraron como coordinador de la pastoral juvenil, de todos grupos juveniles. Y hacíamos cosas para que todos los grupos estuvieran operando bien, ¿no? Que los grupos trabajaban bien, que tuvieron integrados y unidos. Estuve en eso por como tres años. Y en esos tres años los—todos los grupos se mantuvieron estables. Eran trece grupos, verdad, juvenil. Y—el impacto que causó porque nosotros, los del Grupo Base que era grupo de la Colonia San Francisco, con las cosas que hacíamos, logramos inspirar a lo demás. Para que ellos también hicieran eso, ¿no? Algunos se involucraron, ellos también iban por ejemplo—tal vez no construyeran casas, pero iban y le ayudaban a la gente a reparar las casas que estaban cayendo, verdad. Las arreglaban, les ponían techo, cambiaban la madera. Eh—te digo que fue algo muy bonito porque éramos una juventud, con conciencia social, preocupados por el bienestar de los demás. Eh—con un corazón a—compasivo, digamos. Donde tú tenías que ponerte en los zapatos de los que más sufrían y lo hacíamos. Y eso hizo mucha diferencia, ¿verdad? Entonces fue un tiempo en el que la juventud que estaba organizada alrededor de estos grupos era muy respetado y muy querida por las comunidades. Estos muchachos valen la pena. Estos muchachos son gente que tienen el corazón en el lugar correcto, decían, ¿verdad? Gente que aman a su comunidad, aman a su hermano y se hicieron todas esas cosas. Hacíamos unas actividades. Por ejemplo, cada año hacíamos una actividad donde reuníamos a todos los grupos, escogíamos una comunidad para que fuera la sede y todos los demás grupos llegaban allí, a esa comunidad. En esos tiempos era fácil andar en la—en la calle. No había violencia. No había delincuencia, prácticamente, ¿no? Uno podía andar hasta muy tarde en la noche y nadie te hacia nada. Nadie iba a atentar contra tu—tu integridad, tu vida, no, ¿verdad? Ahora no podemos decir lo mismo, ahora, no. Ahora es muy difícil. Pero en esos años, cuando yo fui joven, ooh, te digo que era hermoso estar en la calle porque nadie te molestaba. Tú no molestabas a nadie y nadie te molesta a ti, podías hacer cosas hasta tarde.
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Y no había problema. Entonces hacíamos actividades así en la noche porque era cuando la gente tenía tiempo. Mucho de los muchachos que estaban en los grupos, trabajaban o estudiaban. Entonces a veces hacíamos cosas ya na—ya un poco tarde en la noche, para poder estar juntos. Y hacíamos esas cosas juntos, eh—por ejemplo, teníamos una actividad que se llama “Navidad Juntos.” Nos juntábamos para celebrar Navidad. Y se hacían cosas artísticas. La gente llegaba preparada con obra de teatro, con canciones, eh—hacían títeres, que sé yo, verdad. Muchas cosas así novedosas, ¿verdad? Pero a raíz de eso, se creó—se creó eh—lo que se llamaban los grupos prejuveniles que eran con niños. Y también se creó, lo que se llamaba la pastoral familiar que ya eran con nuestros padres. Del trabajo de jo—de los jóvenes, el cura decidió invitar a nuestros padres para que eh—se formara lo que se llamaba “la Pastoral Familiar” que era para la familia, para los matrimonios, digamos, verdad, o para las parejas. Y mira, te digo que todo eso trajo cambios enormes en la vida de—del, de nuestros padres porque mucho de las ellos andaban lejos de las cosas de Dios. Andaban perdidos. Mucho alcoholismo, verdad, mucha paternidad irresponsable. Y eso cambió muchas cosas. Restauró la vida de muchas personas, ¿no? Entonces, por ejemplo, padres de familia que eran papas de nuestros compañeros de los grupos, verdad, este—no se llevaban bien. No vivían juntos. A raíz de todo esto, se restauraron esas vidas, porque—muchas parejas se juntaron de nuevo, volvieron a vivir juntos, se casaron. Por ejemplo, mi papá y mi mamá se casaron. Ellos no—no eran, no estaban casados. Pero eso ayudó para que muchos padres de familias, nuestros papás, nuestras mamás se casaban. Y eso implicaba que iban a estar unidos, pues, juntos, ¿verdad? Ya no iban a estar pensando en la tontería de irse cada quien para su lado. Te digo que pasaron cosas muy hermosas, muy, muy buenas.
GALVEZ: ¿Y que pensaban tú, um—tus papas de—que tú estabas involucrado en ese um—grupo de jóvenes?
ESCALANTE: Sí, mira, prin—al—por ejemplo, al principio eh—fue un poco difícil porque como ellos no sabían, creían que yo andaba en malos pasos, nunca andamos haciendo, y mi hermano mayor que recién había salido el ejército él le calentó la cabeza a mi papá diciéndole mentiras, no, porque según él creía que mis amigos eran delincuentes o drogadictos, ¿no? Y que yo andaba en malos pasos, pero nada que ver. O sea, todo lo contrario. Nunca pude ver estado de mejores pasos que en eso.
GALVEZ: [risa] Mmm-hm.
ESCALANTE: Y me acuerdo que mi hermano me acusó una vez con mis papás de que yo andaba haciendo cosas fuera de orden y yo les dije que no era cierto. “No es cierto,” le digo. “Ando bien, estoy haciendo cosas que le agradan a Dios,” ¿verdad? Estamos organizándonos para hacer algo por la comunidad y ya les contaba a ellos. Y—vieron ellos que era cierto. Mi hermano se disculpó conmigo. Me pidió perdón porque me había calumniada, ¿no? Eh—y mis papas vieron que yo estaba involucrado, mi papá y mi mamá, estaba involucrado en eso. Fueron hablar con el—con el cura porque hablaron con el cura y el cura les explico, “No, este muchacho es lo mejor que ha llegado aquí,” dice, “porque nos ayuda allí,” y era cierto, él me apreciaba mucho y él siempre hablaba bien de mí, verdad. Porque veía que yo era colaborador y todo eso. Y imagínate que, por eso, verdad, yo tuve el valor de hablar con mis papás para decirle, “Hey papá, usted tiene casarse con mi mamá. ¿Cómo es que ustedes tienen años de estar juntos, tuvieron cinco hijos, y están como qué nada? Pues, o sea—tienes que casarse. A Dios no le gusta que ustedes estén así.” “Si, va, hijo, tienes razón” Y sí, se casaron. [risa] Pero eso fue posible porque, lo que veía, les gustaban porque veían lo que estábamos haciendo y les gustaba. Y mi hermano también se metió al grupo que—que yo estaba, mi hermano mayor. Cambió mucho él. Sabe que venía con esa idea retorcida de la milicia, ¿no? Porque había estado en el ejército.
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Le había maltratado mucho. Pero él cambió, él conoció más del amor de Dios y te digo que fue algo increíble. De hecho él conoció a su esposa allí en el grupo. Y—
GALVEZ: ¿En serio?
ESCALANTE: Sí, eh—salieron muchas parejas, muchos matrimonios de esa—
GALVEZ: [risa]
ESCALANTE: Sí. Lo bueno es que no hubieron episodios de embarazo, digamos.
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Fuera del—¿no? Se hu—eso lo que te digo, había respeto, muchas cosas que acabaron, no pasan, pero ¿verdad? Pero muchas parejas de—de jóvenes que se hicieron novios en—en el grupo nuestro, por ejemplo y en otros grupos, terminaron casándose y la gran mayoría de ellos todavía están juntos. Son matrimonios sólidos, son muy pocos los que se separaron, la gran mayoría, incluyendo mi hermano, ya tienen [ruido] 25 años de estar con su esposa, ¿no? Siguen estando juntos. Y así muchas parejas. Pero bueno, esa fue la parte del—de mi historia en la—en la parroquia. Vi cosas hermosas, vidas cambias, vidas orientadas al bien, al—a la solidaridad, a la ayuda, eh—mucha gente con—con compromiso eh—humano muy fuerte, ¿no? Un compromiso humano que venía, pues de tu fe, ¿no? Compromiso con Dios, con—con Jesús, ¿verdad? Con el evangelio. Y hacíamos muchas cosas por la comunidad. Por ejemplo, nos involucramos en las luchas para que pavimentaran esa calle de las—de la colonia. No se logró por que los políticos, tú sabes cómo son, o—o te lo imaginas porque aquí no hay mucha diferencia, digamos.
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Bueno aquí en este país es desarrollado, pero s—ay como vicio de corrupción, ¿verdad? Que, tal vez no se publica mucho, pero existe. Alla siempre ha sido así en los países de Latinoamérica, en la gran mayoría, ¿no? Y entonces los políticos prometían que te iban ayudar a—a mejorarte las condiciones de—de infraestructura de tu comunidad, pero nunca cumplía, y me acuerdo que nosotros nos involucrábamos, ¿verdad? La lucha está para que lo hiciera. Teníamos—tuvimos que ir hacer protestas, hacíamos toma de carretera. Cosa que no er—era quizás lo mejor, pero no había otra alternativa, ¿no? Para que nos escucharan, cuando hacías eso, ahora sí, te escuchaban. Pero igual te engañaban, no hacían nada. El caso es que estuvimos en esa lucha por años y años y años y ya hasta hace poco que yo ya tengo más años de vivir acá, fue que se logró. Imagínate, después de casi 40 años de lucha, finalmente se logró, ¿verdad? Y a—ahora la comunidad cambió. La calle está pavimentado, muy bonito, ¿no? Es un cerro, pero imagínate con calles pavimentada, la gente arregló su casa y hay muchos árboles, no olvídate. Una belleza, ¿verdad? Mi barrio ahora es otra cosa
GALVEZ: [risa]
ESCALANTE: Se mira bonito [risa] Pero estuvimos en estas luchas, ¿verdad? Hicimos un montón de cosas. Y fue bueno, fue una bonita experiencia. Así que esa es la parte de—de la organización eh—en el grupo juvenil que te puedo contar. Y ahora ya la parte de la Asociación Cristiana de Jóvenes también tienen vínculo con estos grupos porque cuando estábamos en los grupos juveniles, yo estaba en este grupo de Nueva Esperanza que era coordinador, y también era coordinador de la pastoral juvenil, de toda la parroquia. Este—llegó un agente de la YMCA o de la Asociación Cristiana de Jóvenes, ellos venían de Guatemala, con una misión, ya le habían encomendado una misión a ellos. Ellos tenían que hacer la exploración para abrir la Asociación Cristiana de Jóvenes en Honduras que no existía, ¿verdad? De estas personas que vinieron les recomendaron que fueran a nuestra parroquia porque alguien le había dado buenas referencias de la parroquia nuestra, del trabajo que hacíamos con jóvenes. Y llegaron, hablaron con el cura, con el sacerdote Carlos Luis Castro y le propusieron de que ellos venían de la Asociación Cristiana de Jóvenes que era una organización mundial, que tenían muchas ideas, muchos proyectos, verdad que podían hacerse en las comunidades y que lo que querían era fundar esta organización en el país. Entonces el cura se involucró y les dijo está bien, que sonaba bien la cosa, ¿no? Que era una organización cristiana, pero también era ecuménica, o sea que—que gente de distintas denominaciones religiosas podían convivir, ¿verdad? En la organización y hacer cosas juntos en el nombre del Cristo, ¿no? El nombre del evangelio. Y así fue cómo, yo me involucré allí en esto, porque el cura me pidió a mí que yo me—me involucraba, ¿no? “Quiero que tu estés ahí, porque yo confío en ti. Aprende de esta gente, a ver que onda, qué es lo que realmente traen, si vale la pena que lo apoyamos,” no, “tú me dirás. Tú vas hacer que—que conozca eh—la propuesta de ellos y me traigan la información.” Te digo que hice eso, y me involucré en la organización, esta. Y recuerdo que me propusieron que fuera un viaje, el primer viaje que yo fui, fue a Nicaragua. Tenía un evento a nivel centroamericano de jóvenes. Estuvimos en Nicaragua en…eso fue en el año noventa, en febrero, en 1990, imagínate. Veintiocho años atrás. Y yo fui a ese evento y me encontré con jóvenes de Costa Rica, de Guatemala, del Salvador, eh—de Panamá, creo que andaba gente de Panamá. Sí, y fue una experiencia maravillosa. Fue la primera vez que yo me subí en un avión, ¿verdad? Nunca pensé que eso iba a pasar en mi vida porque…
GALVEZ: [risa]
ESCALANTE: …era pobre, ¿no? Viajar en avión era algo impensable para mí. O sea, caro, pero como la organización tenía recursos, ellos pagaron el viaje, ¿verdad? Pagaron todos los costos de—del viaje mío y de la estadía allá en el país ese en Nicaragua. Y así fue como empezó a mí me andanzas con esta gente, no. Yo le dije al cura, “Mira, esta organización está muy buena, tienen buenas ideas, tienen buenos proyectos. Coincidimos con las cosas que nosotros hacemos. Entonces yo creo que, sí, hay que apoyarlos,” ¿verdad? Cuando yo fui al viaje, conocí más. Allí fue donde yo conocí realmente, y si le llevé el informe al cura. Pues sí, puedo decir ay que apoyarlos, vamos a apoyarlos. Y nos metimos de allí con todo y me acuerdo que llegó a la organización cuando ya se fundó, porque sí, se fundó la organización en Honduras. La primera decisión se tomó fue nombrar una junta directiva provisional. Yo quedé en la junta directiva provisional. Era el secretario de actas, imagínate. Yo tomaba notas de las—de las reuniones y todo eso. Este—y luego [pausa] en la siguiente lección me nombraron de teso—yo era el tesorero. [risa] Pero ya la organización estaba estructurada. Entonces había ya una—una contadora de la organización, y se trajo un—él lo que se llama el director ejecutivo que es el—término que se usa, él es secretario general. El secretario general vino de Ecuador, era ecuatoriano. Porque él ya tenía experiencia y vino para un contrato de dos años y se trajo a su familia, trajo a su esposa y a sus hijas. Tenía—este hombre tenía tres hijos: dos hijas, y un hijo, un varón. Y su esposa era una mujer muy bonita, muy guapa, ojos verdes, imagínate, y su piel así blanca, ¿no? No tanto porque fuera blanca, pero era una mujer muy, muy bonita, muy guapa. Y él era un hombre muy elegante, ¿no? Alto, ¿verdad? Bien parecido el tipo. Pero más que las rasgos físicos, era su corazón, no, eran gente muy buena, verdad. Gente muy compasiva, muy, digamos, solidarios, era amables, ¿no? Siempre pensando en el bienestar de los demás. Fue algo con lo que hicimos ‘click’ identificamos porque todos también teníamos ese carácter, ¿no? Carácter que habíamos aprendido, pues, desde muy joven. Y [pausa] empezamos a hacer cosas juntos, cosas muy buenas, y—y me acuerdo que él me propuso a mí trabajar con ellos directamente, ¿verdad? [Pausa] “Necesitamos—necesitamos,” me dijo el, “alguien que nos ayude eh—a empezar proyectos en—en algunas comunidades, y hicimos contacto allí con—con unas parroquias que eran parroquias católicas, también.” Se hablo con los curas que eran encargados de esas parroquias, y me dijo, “Necesitamos un joven qué nos ayuda trabajar con jóvenes. Tú tienes experiencia. Tú eres el más indicado. Yo te ofrezco este puesto, si lo quieres, es tuyo. Te necesito. Confío en ti,” me dijo este—el secretario general. [pausa] Y la verdad yo no me lo esperaba.
GALVEZ: [risa]
ESCALANTE: Pero sí, y la paga era buena. Para hacer yo un muchachito, joven, tenía que, 19 años en ese tiempo. Y sí, acepté el trabajo. Empezamos a trabajar, sí. Y me quedé trabajando ahí [pausa] ya—no como voluntaria porque empecé como voluntario, pero después ya era parte del personal. Estábamos construyendo un equipo de trabajo. Me quedé trabajando en la organización este—como siete años, siete años. En ese tiempo, ya éramos novios con mi esposa, entonces nos casamos, ¿verdad? Cuando nacieron mis hijas, Indira y Nahara, entonces todavía estaba yo trabajando ahí en la organización. Eso fue en 1997 que nos casamos, y en ese mismo año nacieron mis hijas. Sí, a nosotros prácticamente nos casamos y nos embarazamos ahí, casi.
GALVEZ: [risa]
ESCALANTE: Recién casados y en—y embarazados.
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Y allí ese fue otra parte de la historia, no sé si me quieres preguntar algo específico, seguimos—o sigo hablando. [risa] - Synopsis: Viaje mundial con el comité de jóvenes de la Asociación Cristiana de Jóvenes/ World travel with the YMCA youth committeeKeywords: Asociación Cristiana de Jóvenes; YMCA; trabajo; viages; viajar; work; job; fé; faith; igelsia; churchTranscript: GALVEZ: No um—[pausa] uh, recuerdo que este—que usted dijiste que te involucraste en una uh—una—una, como se llama, grupo política.
ESCALANTE: Uh-huh. Sí, eso fue—eso fue más adelante. Este, estando en la organización, antes de que llegarte contarte ese punto…estando en la organización, eh—me—tuve la oportunidad de viajar mucho porque me nombraron como miembro de comité, de comité interno de la organización a nivel continental. Por ejemplo, existía una estructura, ¿no? Eh, que lo atinaba a todas las organizaciones o a toda la organización de cada país en un—en un bloque, digamos. Eso se llamaba la Confederación Latinoamericana de Asociaciones Cristianos de Jóvenes. Tenía su sede en Buenos Aires, Argentina. Dentro esa estructura, había distintos comités. Uno de los comités que había era el comité de jóvenes. Del comité de jóvenes se integrada eh—por representación. Por ejemplo, el área mesoamericana que implicaba México y Centroamérica tenía dos cupos. Ehm—el área andina que in—que eran los países de la región andina de Sudamérica como Ecuador, Perú, Bolivia, verdad, Venezuela, Colombia, creo que estaba también ahí. Ellos también tenían su representación. Y luego estaba el cono sur [pausa]. Tenía una representación Brasil, que es un país enorme, pues, tenía también derecho a ser como una subregión, una representación. Entonces ahí éste—me nombraron a mí parte de ese comité junto con alguien de Guatemala que era el represen—el otro representante, éramos dos. Me—creo que México en ese tiempo no era parte de la México, un decidió no participar en—en la confederación latinoamericana. Porque tenían idea diferente a la estructura. Ellos—creo que se quedaron más para el lado de aquí de Estados Unidos. Y, entonces viajé mucho, empecé a viajar, ¿verdad? Me acuerdo que después de ese viaje qué te dije que hice a Nicaragua, hubo otro evento que fue en—fue en Cuba, en La Habana, un evento al nivel latinoamericano. Estaría representante de todos los países porque la organización también decidió ir a Cuba y fundaron la organización en Cuba, ¿verdad? Un—las condiciones políticas un poco difíciles, porque diferentes, no, por el régimen, el régimen cubano fue diferente.
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Tiene otro sistema de vida. Sin embargo, este—se escogió una iglesia. Se me acuerdo que la iglesia se llama, pues, se llama, ¿no? Porque existe todavía supongo. Se llama la Iglesia Presbiteriana Reformada de Cuba. Ello—ellos fueron el contacto y en el seno de la iglesia nació la Asociación Cristiana de Jóvenes de Cuba. Y recuerdo que el evento que se hizo ellos lo—lo patrocinaron y de hecho todos los participantes nos quedamos ahí en esa iglesia. Ellos tenían un local un poco grande. Tenían un pabellón de habitaciones, dos pabellones de habitaciones, uno para varones y otro para—para mujeres. Entonces ahí nos quedamos, todos los participantes. No—no tuvimos que pagar un hotel, digamos, porque era muy caro, y además porque para apoyar al—a la iglesia esta que era la que eh—fundó la organización. Fue un evento que duro como unos 10 días, ¿verdad? Conocimos un poco la situación interna del país. Bueno, lo que se podía conocerlo, que ellos podías compartir. Pero también este—más que todo era conocer un poco la experiencia de cada país, entonces allí se compartieron que hacían en Chile, que hacían en Argentina, que hacían en Brasil, que hacían en Venezuela, que hacíamos en Centroamérica, que hacían en Honduras, que hacían en Guatemala, El Salvador, ¿verdad? Una experiencia hermosa, muy linda. Y así, empecé a viajar, fui—después fuimos a otro evento a este—después de ese evento, de—de Cuba, ¿adónde fue que fuimos? Como parte del comité de—de jóvenes de esta—confederación, [pausa] nos fuimos también a un evento al [pausa] a la República Dominicana. Estuvimos a República Dominicana después fuimos a otro a Trinidad y Tobago, también fui ahí, siempre en el mismo comité. Después me acuerdo que internamente en el país, me eligieron para ir a un evento que lo patrocinaba una organización civil de España. Se llamaba—era como un encuentro Euro-latinoamericano de jóvenes patrocinado por la Unión Europea y también por eh—el centro cultural de Andalucía, que es el sur de España, ¿no? Esta provincia del sur de España se llama Andalucía, la capital de esta provincia es Sevilla, y el evento fue allí en Sevilla. Y estuvimos—me eligieron a mí a otra—con otra compañera que, de otra organización de jóvenes de Honduras, los dos estuvimos allí en ese evento. Era como [pausa] digamos, por selección yo apliqué. No tenía esperanzas de que me eligieran, pero sí, me eligieron, increíblemente, verdad. Y estuvimos ahí en España. Fue increíble ese viaje. Nunca había viajado [pausa] fuera del continente, no. Y crucé el charco por primera vez.
GALVEZ: [risa]
ESCALANTE: Fue increíble, hermosa experiencia y el evento fue muy bonito, muy bueno. Y así [pausa] después hicimos un intercambio con la gente de la Asociación Cristiana de Jóvenes de Suecia, y también me seleccionaron a mí. Yo fui con otra—otra compañera de Honduras, fuimos, fuimos como dos semanas también allá. Eh—y eso era—pero eso era internamente la organización, todas las oportunidades también de viajar a Río de Janeiro, Brasil para un—una reunión del este comité de jóvenes de la—de la confederación latinoamericana de jóvenes. Estuvimos ahí como cinco días. También fui a Caracas, Venezuela para otro evento de estos. [pausa] Imagínate, o sea cuando yo iba pensar.
GALVEZ: [risa]
ESCALANTE: Que iba tener tanta, este—estas oportu—increíbles, ¿no? Hicimos tantas cosas, verdad, este—pensando en la organización, allí en esas reuniones, se planeaban eventos, eventos que generalmente sí se hacían. Eh—se conseguían también proyectos, me acuerdo que fui a otro viaje a España después del que te conté, pero éste ya fue un evento para negociar, negociar proyectos, y fuimos con la gente de—de—bueno, Honduras, eh—El Salvador y Nicaragua que teníamos una orga—decidimos organizarnos como una organización trinacional de los tres países. Éramos de la Asociación Cristiana de Jóvenes del Salvador, Honduras y Nicaragua y decidimos hacer una organización de los tres países para hacer programas de desarrollo en favor de nuestras comunidades de los jóvenes y de los niños. Y consíguenos proyectos y fuimos a negociar proyectos esa vez a España. Y conseguimos apoyo allí, ¿verdad? El secretario general de Honduras no podía, entonces fui yo representando Honduras. Y los secretarios generales de las otras, del Salvador y de Nicaragua, fueron. Y nos pasamos allá como dos semanas visitando organizaciones, visitando eh—otras instituciones que podrían apoyarnos, no, verdad. Estuvimos allí en varias ciudades, estuvimos en Zaragoza, en Valladolid, estuvimos en Madrid, en Barcelona. Muy impresionante, ¿no? Aprendí mucho porque es—se trata de negociar, hablar con la gente, presentarles lo que tú estás haciendo, convencerlos de que estábamos haciendo era algo bueno para el—para el país, para la—para la sociedad, para los jóvenes, y sí, conseguimos—conseguimos algunos proyectos, verdad. Eh—yo me acuerdo que fui a entregar cuenta de un proyecto que hacíamos con una organización en Barcelona que se llama, supongo que existe todavía, se llama Entre Pueblos. Trabajamos con ellos y les dejamos—yo le deje un informe de gastos, de cómo yo manejado el proyecto. Eh—colaboraron ellos qué números eran correctos, y a raíz de esa visita, mm—decidieron extender el proyecto por un año más. Conseguimos eso. Nos apoyaron un año más el proyecto. Era un proyecto como por, creo que era $100,000. Algo así.
GALVEZ: [cara sorprendida] Mmm.
ESCALANTE: Era mucho dinero, ¿no? Considerando pues que eh— la organización nuestra no era muy grande, como lo era por ejemplo en países del—del sur del continente. Pero te menciono eso porque fue parte un poco de la gestión que yo personalmente hice, no, verdad. Eh—por parte de la organización. Claro, la experiencia de haber trabajado por muchos años con jóvenes de haber trabajado muchos años en temas de desarrollo, ¿no? Eso me ayudó para que eh—no hubiera problema a la hora de negociar, no, contarle lo que hacíamos, ser sinceros, no, sin estar escondiendo nada o pretendiendo de que hacemos cosas que no hacíamos. Todo lo que se dijo era que realmente se hacía, no, verdad, entonces. Una experiencia muy buena. Me acuerdo que nos fuimos a—a Segovia un lugar [pausa] histórico, no, de España donde hay vestigios de la cultura romana, verdad. Los romanos construyeron un acueducto allí. O sea, es un poco del turismo que hicimos ahí. No había mucho tiempo, ni había mucho dinero tampoco, pero sí, nos fuimos ahí a Segovia, a conocer.
GALVEZ: ¿Y que era tu favorita lugar?
ESCALANTE: Me encantó Barcelona, oooh, Barcelona. Madrid muy bonito una ciudad ah—antigua, ¿no? Pero Barcelona me gustó mucho la gente. La gente de Barcelona es muy cálida, no. Te tratan muy bien. Te tratan con—con cariño, con respeto. Son como más eh—abierto, digamos, con los extranjeros. En Madrid, no. La gente un poco más fría, más calculadora, creo yo. No son muy… [pausa] No sé. Me dio esa impresión, ¿no? O sea, ahora en este mismo momento pero en aquel tiempo sentí como que la gente no era [pausa] muy hospitalaria, que digamos, ¿verdad? Diferente a los otros lugares como Segovia donde fuimos. Valladolid, Zaragoza, verdad. Incluso el sur de España me llevé una impresión muy grande porque esa gente del sur de España, Sevilla, eh—Cádiz, Jerez de la Frontera que fueron lugares que yo conocí, te tratan como que te conocieran de siempre, con un cariño y una familiaridad increíble, ¿no? Aunque éramos extranjeros, bien, o sea, mu—muy cálida la gente en aquel tiempo. Supongo que ahora sigue siendo igual.
GALVEZ: [risa]
ESCALANTE: Espero para los que vayan o para ti, si quieres a ir alguna vez.
GALVEZ: [risa]
ESCALANTE: Verdad. Pero todas esas experiencias que te estoy mencionando es porque han sido parte de mi vida, ¿no? Y fueron parte de mi vida en sentido de que eh—tuve, a través de—de la experiencia inicial en mi barrio, en mi colonia, en mi comunidad, haciendo cosas por la gente, trabajando con jóvenes, escuchando a los jóvenes, siendo yo mismo un joven, ¿no? Viviendo un—un barrio con muchas necesidades, muchas carencias, ¿no? [pausa] Y pues creo yo que Dios me dio la oportunidad de—de involucrarme en esta organización y de—viajar, imagínate, de ver tantas cosas, conocer otras culturas, conocer otra gente. [1:39:58] Y ayudar pues, aquel proyecto que teníamos en la organización se pudiera desarrollar porque algunas de las cosas que consiguieron fueron porque me pusieron a mí ahí y no—y no lo digo por—por echarme flores yo solo, o a gloriarme de ninguna manera, sino que eh—la experiencia acumulada sirvió para que yo pudiera hacer algo, no, verdad. [pausa] Y eso me hace sentir muy bien, porque gracias a estas experiencias que yo acumulé siendo muy jovencito eh—leyendo, no, te digo que me gustaba mucho leer, preparándome. Este—me ayudo y ayudo también al proyecto que hacíamos, ¿verdad? Para este—pues conseguir los recursos que se necesitábamos. Por lo menos con las veces que a mí me tocó hacer eso. Yo no era encargado de eso, pero…
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: …las veces que me tocó a mí hablar de la—del trabajo que hacíamos, del proyecto ca—de los proyectos que hacíamos. Yo siento que pude defender bien cada cosa que eh—me tocó defender, verdad, para que la gente de las organizaciones que nos apoyaban vieran que—que estábamos haciendo un buen trabajo porque así era, no. O sea, no—no teníamos que mentir ni inventar nada, no. Transparentes y sinceros, ¿verdad? Al más las cosas que decíamos, ellos la podían concertar, venían a visitar nuestro proyecto y vieron que era cierto.
GALVEZ: [risa]
ESCALANTE: No había cuento y era—era la verdad. Y así fue como yo pues anduve, imagínate por muchos lugares. Me acuerdo que también fui a un, a otro viaje a Suecia, después del primer viaje que te comenté. Fui—me tocó ir a Suecia, fui dos veces de hecho a Suecia, y esa vez fue porque trabajábamos en la red de jóvenes. Yo trabajaba en la—trabajaba con los jóvenes de la organización nuestra, ¿no? Pero decidimos construir una red de organizaciones de juventud para negociar con el gobierno del país, ¿verdad? Que se creará una política pública en favor de los jóvenes. Imagínate, una cosa que no existía, o sea, los jóvenes no tenían respaldo prácticamente de nada. Era la masa de jóvenes, el setenta por ciento de la población, sin ningún derecho de nada, sin un marco legal, un marco que te garantizara el acceso a esos derechos elementales como la educación, la salud, eh—el trabajo, no, verdad, la recreación, la cultura. Eso no existía. Empezamos esa lucha. Me acuerdo que nos reuníamos como diez organizaciones que trabajaban con jóvenes y empezamos hablar. Empezamos hablar. “Qué podemos hacer?” Empezamos elaborar propuestas. - Synopsis: Trabajando con la fundación Kellogg para reconstruir después de Huracán Mitch / Working with the Kellogg Foundation to rebuild after Hurricnce MitchKeywords: Honduras; huracán Mitch; Kellogg Foundation; narcotraficantes; corrupción; Hurricane Mitch; drug trafficking; corruptionTranscript: ESCALANTE: Y a raíz de eso, me llegó una invitación porque el año ’98 en Honduras, ocurrió este desastre natural del huracán Mitch, verdad.
GALVEZ: Mmm.
ESCALANTE: Un huracán categoría cinco que desbarató el país. Lo des—lo deba—lo desbarató de este a oeste y de norte a sur. Fue terrible eso. Muchos muertos. Más de—más de diez mil desaparecidos, trece mil muertos. Cuando te hablo de desaparecidos, te hablo de personas que no se encontraron sus cuerpos, ¿verdad? No hay evidencia de que hubieran muerto, pero tampoco están ahí, o estaban ahí. 13.000 muertos eso así, esos 13.000 muertos se documentaron o se con—se encontraron sus restos, verdad. Pero de los diez mil que estamos hablando prácticamente, unas 23.000 personas muertas porque los desaparecidos se presumen muerto, no, ¿verdad? La devastación a nivel del país fue terrible, no, la infraestructura totalmente dañada, cultivos perdidos, casas, puentes—bueno, terrible. El país quedó bastado. Entonces a raíz de eso, se abrió la posibilidad de que se hiciera como un foro de cooperación internacional en favor de los países más afectados por el huracán Mitch en Centroamérica que fueron Honduras, Nicaragua, un poco Guatemala y en menor grado, El Salvador, digamos, ¿verdad? Pero todos esos países tenían representación y iba a tener representación en ese foro, verdad, para conseguir ayuda para la cooperación, para la reconstrucción del—de los países, ¿no? Y como yo era parte de ese—de esa red de organizaciones de juventud, este [pausa] que participábamos también en un espacio que se llamaba “Interforos,” Interforos era como un espacio más grande, ¿no? Que se reunía o que aglutinaba a distintos foros de—de organizaciones. Por ejemplo, organizaciones de mujeres, organizaciones de—eh medioambientalistas, no, que trabajan por el medio ambiente, organizaciones que trabajaban en el área específicamente financiera, no, o eh—[pausa] derecho financiero o derechos económicos de la población. Eran varias organizaciones trabajaban en eso. Organizaciones de derechos humanos, eh—[pausa] ¿qué más? Muchas organizaciones.
GALVEZ: [risa]
ESCALANTE: Organizaciones campesinas, estudiantiles, de todo un poco había ahí. Y me acuerdo que nos hicieron la invitación al—al foro de juventud porque yo era parte, y nos ofrecieron la posibilidad de ir a representar a cada foro a esta reunión de Estocolmo que era la reunión para donde se iban a reunir la co—cooperación internacional para apoyar la reconstrucción de—de Centroamérica. Entonces, Interforos, así se llama la organización general, consiguió financiamiento con la fundación Kellogg’s, una fundación de aquí de los Estados Unidos, yo creo.
GALVEZ: Eh—este—¿los corn—los corn flakes?
ESCALANTE: Así se llaman, Fundación Kellogg’s, que me imagino que sí.
GALVEZ: [risa]
ESCALANTE: Que tiene que ver con estos productos, ¿no? Del Corn Flakes, y todo esto. Eh—creo que existe todavía y son muy poderosos, tienen mucho dinero, ¿verdad? Entonces ellos apoyaron con una cantidad de dinero para, pues, patrocinar, ¿no? eh—algunos participantes a este—a este evento. Entonces me acuerdo que lo compañeros del grupo de—del foro de juventud eh—me propusieron a mí para que yo participara en el evento. Y entonces del lado al evento fui yo a representar al—al foro de juventud y así, distintas personas de distintos foros, no, la aventaja para—para el foro de juventud era que la organización mía, la ACJ, Asociación Cristiana de Jóvenes, iba a también apoyar, ¿no? O sea que—que el—que el Interforo, no iba a tener que poner todo el dinero que se necesitaba para que yo fuera. Iban a poner una parte y la organización nuestra de Suecia, que nos apoyaron a nosotros, iban a poner la otra parte. Pasa ese día. De hecho, yo no me quedé en el hotel donde se quedaron ellos. Yo me quedé en una casa de una persona que era de la organización. Me ofreció a quedarme a su casa para que yo no tuviera que pagar hotel.
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Yo me quedé con ellos. Eran personas mayores, una—una pareja, esposos. Eh, la señora se llamaba Anita—Anita Anderson. El esposo no me acuerdo el nombre. Y ahí me quedé en su casa y entonces ellos me llevaban al r—al lugar donde se—era, dónde era el evento, la reunión, verdad. Y allí participamos y la posición nuestra era una posición así más de vigilancia, no crítica, porque los gobiernos en nuestros países desgraciadamente más tiempo de su historia han sido corruptos, no. Agarran dinero y se—se lo quedan ellos, ¿no? No lo destinan realmente a los proyectos que están solicitando, ¿no?
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Sí, solicitan los proyectos, pero se quedan con el dinero. Entonces los proyectos no se hacen. Las comunidades quedan mal y ellos quedan bien porque ellos se roban el dinero. Y es una cosa que no ha cambiado. Al contrario, ha empeorado. Hoy mismo que te estoy hablando la situación en Honduras es terrible, ¿no? con la corrupción que hay. Verdad, incluso se menciona de que esta gente esta coludida con la narcoactividad, ¿no? con narcotráfico, hay rumores. Y no son rumores, eso son…
GALVEZ: ….realidad…
ESCALANTE: …denuncias reales. Muy fuerte porque hay gente que está presa que el gobierno Estados Unidos lo han extraditado de Honduras y que han abierto la boca declarado que las autoridades de Honduras están favoreciendo el narcotráfico. Lo han dicho y hay una persona que está sentenciada. Aquí lo sentenciaron a veinte cuatro años de cárcel por eso. Porque él era hijo de unos de los presidentes que fue ex presidente de Honduras, que fue presidente, pues, verdad y él se declaró culpable, entonces, a raíz de que se declaró culpable, lo condenaron a un corte de Nueva York a veinte cuatro años de cárcel. Imagínate, o sea, a ese nivel ha llegado la corrupción, donde ya, te digo, qué no hay control. Pero los años de que yo te estoy hablando, estamos hablando del ano ’99, un año después del Huracán Mitch, se hizo este foro o este evento de—de la cooperación internacional para la reconstrucción de Centroamérica, ya nosotros hablábamos de corrupción. ¿Por qué? Porque ya existía la corrupción. Ya era un mal endémico, digamos, del país y no solamente Honduras, al nivel latinoamericano y mundial, si se quiere decir, ¿no? Entonces la idea de estar ahí nosotros era para vigilar que la cooperación internacional pusiera condiciones firmes para evitar que el dinero que iban a comprometer en la reconstrucción de los países se desviará, ¿verdad? o se quedaba en las manos de los ladrones de siempre, ¿no? Entonces era un poco la exigencia que teníamos de que se vigilará, que el—el dinero se debe invertir realmente para los proyectos que se estaban solicitando. Y estábamos ahí me acuerdo y—y la posición nuestra fue muy firme, ¿no? Había conferencia de prensa y nos pedían a nosotros hablar con—de nuestra posición de lo que nosotros pensábamos y decíamos estas cosas que te estoy diciendo ahorita. Yo no era uno de los voceros, pero los voceros que hablaban, antes de ir a decir cualquier cosa, nos preguntaba primero a nosotros. Entonces nosotros dábamos nuestra opinión y teníamos una posición unificada, ¿no?
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: De cuando el vocero de la representación nuestra de la socie—sociedad civil hondureña, eh—decía algo porque ya teníamos un consenso. O sea, la persona no iba decir lo que quería, no, lo que se le antojaba, sino que tenía que respetar lo que se había acordado. Y generalmente la posición era esa: exigirle a los países cooperantes que vigilaran el proceso desembolso del—de los recursos y el proceso—el proceso de verificación, de las obras, de la reconstrucción, que eran puentes, carreteras, eh—edificios que sé yo, ¿no? Y así se hizo, ¿verdad? Hubo mucho control, por lo menos en esa reconstrucción. Es difícil decir si—si—que no esta gente no metió la—las manos, no y agarraron algo dinero. Prácticamente, siempre hacen eso, pero esta vez creo que les costó más porque, por ejemplo, una de las condiciones que puso la cooperación para construir o reconstruir eh—los países más dañados, que Honduras era el número uno en este caso, era que ellos iban a asumir los proyectos. Entonces, por ejemplo, llegaron a construir puentes compañías suecas, compañías alemanas, compañías japonesas, y ellos llevaban su gente y se contrataban gente allá en los países este—entonces aceptó toda la ayuda era bajo de las condiciones de ellas—de ellos y no bajo las condiciones del—del gobierno, ¿verdad? Los gobiernos tenían que cooperar, pero ellos no tenían el poder de decisión final. ¿Por qué? Porque la cooperación, y—prácticamente impuso su criterio y fue bueno en ese sentido. Porque se evitó que hubiera mucha corrupción y que los fondos se desviaran, verdad, entonces fue un parte, un poco del—un logro por así decirnos, aunque suene un poco [pausa] vergonzoso, no. Que te tengan a ir a vigilar tu propio país para que no te robes tu dinero, o el dinero que le va a ayudar a tu gente. Pero es que así—así es cómo pasa, pues.
GALVEZ: Mmm.
ESCALANTE: Entonces, fue un logro en ese sentido de que la cooperación se involucrara más en la ejecución de los proyectos, verdad, para que vigilaran que el dinero realmente se iba a utilizar para lo que se había comprometido, ¿verdad? - Synopsis: Asesinato de su hermano, la lucha para una investigación policial y el nacimiento de su conocencia política / Murder of brother, the fight for police investigacion, and birth of political conscienceKeywords: asesinato político; investigación policial; impunidad; duelo; political assassination; murder; killing; grief; police; murder investigation; impunityTranscript: ESCALANTE: Y así estuvo ese—ese—ese evento, fue bastante bueno en ese sentido, ¿no? Después me fui a otra cosa a Chile. Era que tuve una situación personal muy difícil, una—uno de mis hermanos fue asesinado. Lo mataron y junto con él a otro amigo, ¿verdad? Ha sido una de las cosas más triste de mi vida, ¿no? Ver morir a—a mi hermano en una manera tan brutal, asesinado, veinte cinco años de edad, imagínate. Fue una cosa que me golpeó mucho, mucho, mucho, ¿verdad? Y este—emprendimos una lucha personal, digamos, para dar con la—con los responsables del asesinato de mi hermano y del otro muchacho siendo que trabajábamos en una organización de jóvenes que defendía los derechos de los jóvenes. Me tocó vivir a mí esa barbarie de que mataron a mi hermano.
GALVEZ: ¿Fue, perdón, pero fue el mayor?
ESCALANTE: Eh—era, él era menor, menor que yo.
GALVEZ: Oh.
ESCALANTE: Era él que me seguía a mí, sí. Él era el tercero de nosotros cinco. Fue una cosa muy, muy difícil, muy difícil para mí, para mi familia, pues, y nos involucramos en esa lucha de exigir justicia. La organización me respaldó a mí y a mi familia cien por ciento. Me acuerdo que llegaron más de cincuenta cartas. No, más de cuarenta cartas de cuarenta países diferentes, ¿no? Exigiendo al gobierno de Honduras y a las autoridades de Honduras que esclarecieran los hechos, ¿no? Porque mi hermano era voluntario también de la organización y eso generó algún nivel de presión en las autoridades. Entonces empezaron hacer el simulacro que iban hacer algo, ¿no? Y estuvimos en esa lucha un par de años. Aparentemente, según lo que nos dijo la—la organización qué investigaba que era, en ese tiempo se llamaba, “Dirección de Investigación Criminal.” El titular de esa Dirección de Investigación Criminal eh—era un, un especialista, no, en cuestiones criminales de investigación criminal, que estudió en Estados Unidos. No recuerdo donde estudio él, pero tenía un Masters, él era una persona muy preparada y era muy profesional. Él se llamaba, si mal no recuerdo, se llamaba Wilfredo Alvarado. Me parece que es el nombre de él. Y mi acuerdo que esta persona me dijo a mí que en la muerte de mi hermano estaban involucrados las autoridades, la policía, sobre todo, verdad. Que había indicios. Siendo él un profesional, preparado en Estados Unidos, con maestría, para mí la palabra de él era una palabra seria. O sea, que lo que él me decía yo era algo que se lo creía, verdad. Me dice, “Mira, en todas las investigaciones, todas las—todas las—las pesquisas criminales, apunta que la policía esté involucrada en este crimen, eh. No entendemos la razón, todavía no ha podido esclarecer la razón, pero, ellos están involucrados, que no te quepa ninguna duda,” verdad. Y ciertamente la policía corrió incriminar a otra persona que supuestamente decía ellos eran los responsables, y resultó que no, una prueba de balas, una prueba balística a las pistolas que les incautaron a los supuestos asesinos y no—no lo coincidido, ¿verdad? Entonces eso dejó en evidencia que la policía estaba queriendo lavarse las manos, ¿no? Incriminar a personas que no tenían que haber con el hecho. Y a raíz de eso, empezamos una lucha. Me acuerdo que fuimos a la Corte Suprema de Justicia de—de mi país, no, verdad. Mi mamá, y la mamá del otro muchacho que asesinaron, llevaban fotos de—de los un—de mi hermano y del otro muchacho, no. Y la conocida que gritaron “Aquí está nuestro muerto, ¿dónde están los asesinos?” ¿Verdad? Llevamos dos ataúdes, hicimos dos ataúdes de madera, simbolizando al, a nuestros familiares, a mi hermano y al otro muchacho y protestamos en la Corte Suprema. Y a raíz de eso, se hizo todo. Fue una cosa pública al nivel del país, no. A mí me hacían entrevista en—en la prensa, en la radio, en la televisión. Y eso generó bastante eh—preocupación en las autoridades. Empezaron hacer que investigaban. Al final, [pausa] pues, celebraron algunas órdenes de captura, verdad. Pero, como siempre, no, no contra los verdaderos responsables, no. Porque la teoría de la—de esta persona te digo de la Dirección de Investigación Criminal era que mi hermano lo habían matado porque estaba en el lugar equivocado, en el momento equivocado, que vio algo que no debía haber visto, supuestamente, no. Y total que lo que quisieron andar entender con esto es que la policía tenía un modo de operar, no, que era, haciendo una limpieza social, de supuestos delincuentes, cosas que por ley en Honduras no está permitida, no existe la pena de muerte, nadie puede ser ejecutado, ¿verdad? Ni por delito, ni por nada, porque como no hay pena de muerte, no te puede matar, pues. Si acaso te encuentran culpable de algo a lo que vas a ir es a la cárcel, pero no te puede matar. Sin embargo, la policía estaba matando a la gente.
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Porque supuestamente era un delincuente ya peligroso, que ya—no era posible de que se regenera—regeneraba, no. Pero ser violar, primero que nada, la ley y luego los derechos humanos, ¿verdad? Entonces nosotros denunciamos de todo eso, y a raíz de toda esa denuncia y de toda la presión internacional que se generó a través de nuestra organización, este—esa gente empezó a preocuparse. Empezaron hacer, como te digo, como que investigaban. Y total qué capturaron al—algu—alguien por ahí lo metieron a la cárcel y creo que pronto salió porque no tenían muchas pruebas contra él. Pero los verdaderos responsables, nunca—nunca fueron encontrados. O sea, prácticamente la muerte de mi hermano quedó en la impunidad. Sin embargo, como a los dos años de—que mi hermano había sido asesinado, el jefe de la policía que nosotros siempre le pedíamos cuento fue asesinado, ¿verdad? Fue asesinado. Y las personas que lo asesinaron dijeron que ellos no sabían que ese hombre iba en ese carro porque lo que pasó fue que le dispararon el carro, lo rociaron de gasolina, y le prendieron en fuego. Y en el carro iba el jefe—ese jefe de la policía, su esposa que estaba embarazada y el chofer. Cuando agarraron a los que hicieron eso, le—les preguntaron, “¿Por qué habían matado el jefe de la policía?” “¿Qué? Nosotros no queríamos matar la jefe de la policía. Queríamos matar al chofer desde el carro de un delincuente,” un asesino mató a—a mi hijo porque quién mató a esa—a esa gente, fue un padre de la familia con sus hijos.
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Tenía…creo que participó él y sus dos hijos, que eran ya, pues, personas adultas, ¿no? Y lo que él dijo es eh—la persona que iba manejando ese carro era un delincuente bien reconocido en esta zona, que él era uno de los que había asesinado a su hijo, al hijo de este señor, y que él, a quien quería matar al chofer del carro, no al policía, que de hecho ni siquiera sabía que ese policía andaba ahí. Te digo, pues, sí, este tipo que manejaba el carro era un delincuente, reconocí de todo mundo sabe que sea un delincuente, asesino, verdad, ¿Quién andaba haciendo ese policía con ese delincuente? Eso es la pregunta que yo me hago,” digo él, verdad. Como queriendo entender de que este policía andaba en malos pasos, pues, verdad, que no—que él estaba usando su autoridad para hacer cosas fuera de la ley.
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Y precisamente esa fue la acusación que nosotros hacíamos, de que…si la policía está involucrada en crímenes de este tipo, eh—cómo era posible, no, que eso pasara, yeah. T—te menciono esto para hablar un poco de la situación que ya en aquel tiempo existía de injusticia, no, y de corrupción en las autoridades, que sigue siendo algo real en el país y que ahora es más fuerte que antes, ¿verdad? Por lo que te decía hace un rato de que hay narcoactividad, que el narcotráfico ha permeado, digamos, las distintas esferas de l—de la vida social y política del país. De hecho, que los políticos son parte del—del—de la estructura del crimen organizado, la policía, el ejército, lo—los—los políticos. Ahí diputados acusados de narcotráfico. Bueno, qué te diré, ahí es terrible lo que está pasando, y yo sé que no solamente en Honduras, pero en Honduras es un caso patético, no. Es terrible, ¿no? Pues nosotros siempre eh—luchábamos con eso y ahí es donde me involucro en la pregunta que me hacías un rato, en el tema político. Había un partido nuevo, digamos, una tendencia más progresista, más socialista, si se quiere usar una palabra, verdad. Eh—que cuestionaba todas estas cosas sucias que pasaban en el país, era el único cuestionaba eso. Todo lo demás eran complaciente, Partido Nacional, Partido Liberal, el Partido Democracia Cristiana, ¿verdad? Partidos totalmente plegados al estatus quo, verdad, no iban a posibilitar ninguna cambio, no les interesaba que las cosas cambiarán. Entonces, esta gente de este partido que se llamaba Unificación Democrática, ellos empezaron a cuestionar toda la corrupción, toda la eh—criminalidad y la sociedad que había, no, y la corrupción que había entre las autoridades y—y—y la impunidad, no, verdad, y la misma corrupción. Entonces, esta gente, a mí me llamó la atención, verdad. Por la presupuesta de ellos, yo decidí involucrarme en eso, ¿verdad? Y empezamos a participar ahí en ese partido político porque había que hacer cambios en el país. Era urgente, ¿no? Si el país—se--seguía por esa ruta, iba al abismo, ¿no? ¿Y sabes qué? El país siguió por esa ruta y hasta ahorita mismo en el abismo. Es una realidad, pero te estoy hablando de—el año noventa y—’98, ’99.
GALVEZ: Mmm-hm. - Synopsis: Organización política para el partido Unificación Democrática / Political organizing for the Democratic Unification PartyKeywords: organización política; political organizing; Unificación Democrática; Democratic Unification Party; delincuencia; delinquency; maras; gangs; narcotraficantes; corrupción; drug traffickers; corruption; violencia; asesinatos; violence; murder; election fraud; fraude electoralTranscript: ESCALANTE: ¿Verdad? Cuando yo empecé involucrarme en esa actividad política, y los cuestionamientos que hacía este partido era muy fuerte, ¿no, verdad? Eh—cese la impunidad, cárcel para los corruptos, para los violadores de los derechos humanos. Era un tema que a mí me tocaba personalmente porque, pues, mi hermano fue asesinado. A raíz de eso, me acuerdo que tuve la posibilidad de ir a un—a un viaje a Chile, a Santiago de Chile, para una reunión con eh—un comité de derechos humanos oficiado por la—la CEPAL. La CEPAL es la comuni—la eh—la Comisión Económica para América Latina, que es parte del sistema de las Naciones Unidas, pero específicamente para e—para nuestro continente, ¿no? Y ellos oficiaron un evento, yo—yo apliqué para ese evento y me eligieron, ¿verdad? Para ser representante de Honduras y en ese evento, básicamente se habló del tema de los derechos económicos, los derechos sociales, y los derechos humanos, verdad, y a mí me tocó hablar de mi experiencia de cómo habían asesinado a mi hermano y como también habían asesinado a muchos jóvenes porque esto de la limpieza social era un tema que ya había empezado. Estaban matando a la gente. Estaban matando a los jóvenes con el supuesto de que eran delincuentes, ¿no, verdad? Entonces eh—primero que nada, como te decía hace un rato, ese era una cosa que—que era totalmente ilegal, arbitraria, absurda, ridícula, abusiva. No puedes quitarle la vida a una persona porque presumas que él es delincuente. Primero porque la ley no te lo permite, no hay una pena de muerte. Y luego porque hacerlo implica un absoluto abuso y un irrespeto total a la ley y a las garantías individuales de los seres humanos. Honduras firmó hace muchos años la declaración universal de los derechos humanos. Por lo tanto no puede involucrarse en este tipo de actividades, andar matando a gente. Y es una cosa que no ha cambiado. Sigue estando ahí. De hecho Honduras, ahorita mismo, está catalogado como unos de los países más violentos del mundo, ¿verdad? Donde la tasa de homicidios es altísima, ¿verdad? Hay una tasa que regula esto al nivel eh—mundial. Por cada 100.000 habitantes, los índices tolerables tienen que estar muy abajo de un 2-3%, ¿no?
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Honduras andaba que, no sé, 30-40%. Es una cosa escandalosa. No recuerdo los números en este momento, pero en este mismo momento, te digo que es terrible, ¿no? Y en aquellos años, empezaba apenas pero ya era algo nefasto, ¿no? Te me acuerdo que ahí, yo di me testimonio de—porque me preguntaron, ¿no, verdad? Evidentemente yo me quebré, o sea, imagínate, que te maten a alguien tan cercano que tú amas con todo tu corazón, un hermano, imagínate tú. Ponte a pensar un poco en eso, ¿verdad? Es algo terrible. Es algo que uno no quiere que le pase ni a uno, ni a nadie. Pero, hablé de esas cosas ahí, porque me las preguntaron. Y a raíz de eso, se hizo como una declaración al final, ¿verdad? Eh—incluso un—una nota de respaldo para la investigación que supuestamente se estaba haciendo. Todos los participantes firmaron esa carta exigiendo el gobierno de Honduras que clareciera el asesinato de mi hermano y del otro muchacho que fue asesinado con él. Entonces, estas luchas en las que yo me he tenido que involucrar, que han sido luchas prácticamente que me fueron impuesta, no, por la injusticia, por la barbarie, verdad, de un eh—país que no respeta a su población, que no cuida a sus ciudadanos. Yo me tuve que involucrar en estas luchas. Anduvimos en la calle protestando, eh—anduvimos en reuniones, eh—haciendo alto de denuncia, ¿verdad? Y a raíz de eso, pues, digamos a lo raro, algunas cosas, ¿verdad? Y este partido político era el que más recogía, digamos, las aspiraciones, verdad, de la población en ese momento eh—porque la posición de ellos era una posición muy fuerte, no, de denuncias, verdad, de exigencia, de esclarecimiento de—de todos estos hechos eh—que estaban fuera de la ley. Y me acuerdo que [pausa] participamos mucho en—en eventos así de—del calle, ¿no? De ir a la calle a exigir. Se hacían actividades, este—creativas, ¿no? Por ejemplo, me acuerdo que una vez, la actividad fue que nos fuimos a la corte suprema y nos amarramos. Nos encadenamos con cadenas y candados a la Estatua de la Diosa Técnica. Supuestamente la—la imagen de lo que es la justicia. Una justicia ciega que no discrimina, ¿verdad? Y que se aplica de la manera correcta, ¿no? Y me acuerdo que llevamos unas tortugas y le pusimos al roto de justicia y los soltamos ahí porque la—la—la justicia en nuestros países, en Honduras particularmente, es lenta. Se aplica solamente a los pobres, ¿verdad? No a los que tienen dinero, a los pudientes, a los que pueden comprar jueces, a los que pueden comprar abogados, no, el sistema.
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Eh—se te robas una gallina te meten veinte años a la cárcel. Si te robas 20 millones de dólares, andas libre. No pasa nada. Puedes hacer lo que se te antoje la gana, y es una realidad. Ese es la justicia que hay en Honduras. Entonces nosotros denunciamos siempre eso, verdad, y hacíamos cosas para llamar la atención para qué la prensa fuera y cubriera estás denuncias, ¿verdad? Tenías que hacer muy creativo porque si hacías cualquier cosa, como gritar, nadie te hacia caso. Pero si hacías figuras como las que te digo ahorita, entonces era algo que valía la pena publicarlo, ¿no?
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Y así fue cómo, eh—nos involucramos en estas luchas. Como te digo más porque nos fueron impuestas y porque también tenemos conciencia. No te—yo tengo conciencia. Aprendí a tener conciencia. Aprendí a hacer solidario. Aprendí que el dolor de otro era mi dolor. Aprendí que este—uno no puede ser indiferente de la—las injusticias. No puede ser indiferente ante el los necesidades de los demás. En este caso me tocó a mí personalmente y vi como mucha gente anduvo con—conmigo y con mi familia apoyándonos, ¿verdad? Así que era ya una cosa de obligación, no, moral, involucrarte y por eso me involucre, ¿verdad? A riesgo de que pudieran hacerme algo, a mime. Y la gente me decía, “¿No te da miedo?” “¿Es qué más miedo me puede dar? O sea, mataron a mi hermano y si me matan a mí, pues, ¿qué?” ¿Verdad?
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Es algo que puede pasar en cualquier momento. No solamente a mí, a cualquiera. Hay que decir algo. No podemos quedarnos callados, ¿verdad? Igual, eh—hicimos muchas cosas en ese sentido, verdad, y digo hicimos porque la—la organización, eh—ahora este partido político que la—las autoridades del partido político a mí me apoyaron muchísimo, no, en esta denuncia. Y yo me comprometí con ellos por solidaridad también, por agradecimiento, ¿no? Y porque me gustaban las propuestas, ¿verdad? Y me acuerdo que participó la—la primera elección que participó el partido, yo fui a la mesa electoral. Yo era representante, para—para cuidar los votos. En la mesa que yo estuve, sacamos dos votos. [risa]
GALVEZ: [risa]
ESCALANTE: Mi voto y el voto de alguien más que yo no sé quién fue, ¿no? Porque, pues, apenas el partido estaba empezando. Era partido nuevo. Sin embargo, sacamos al nivel, al nivel del todo el país, sacamos muchos votos. Y sacamos algunos diputados. Fue un gran logro para una primera elección. Siendo un partido pequeño, joven. Estuvo bien, ¿verdad? Y pues eso me llegó a trabajar en un organismo del—del gobierno que es el registro civil, verdad, donde se registran los hechos y actos de las personas naturales, ¿no? Los nacimientos, los matrimonios, los divorcios, las naturalizaciones, las adopciones, los cambios del estado civil de las personas, si se divorció, se volvió a casar, si se murió, ¿verdad? Todo eso. Ahí hacían—yo era parte de un equipo de—de entrenamiento. Aprendí, me enseñaron, y entonces yo era como un instructor. Le enseñaba también a los que querían trabajar ahí cómo hacer el trabajo, ¿verdad? Y a raíz de estar en ese organismo, y yo empecé a ver muchas cosas de corrupción desde adentro. Ya no era que me contaban. Ya no era que me daba cuenta en la prensa. Yo empecé a ver la corrupción ahí, ¿verdad? Como, por ejemplo, los partidos políticos tradicionales que eran prácticamente los que tenían el control de ese organismo, hacían sus movidas y sus juegos sucios, ¿no? Traficaban, por ejemplo, con la documentación de los Hon—de los ciudadanos, porque la documentación de identificación de los ciudadanos en Honduras, que son eh—tienen el apara para votar, eh—las mismas tarjetas de identidad o documentos de identificación personal, a su vez, sirve también para votar. Entonces los partidos políticos tradicionales tienen mucho interés en tener control sobre esos documentos, si me entiendes.
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: O sea que ellos ponían a su gente para sacar documentos, para favorecer a su gente. Ellos sabían quiénes eran el—lo—los adeptos de su partido porque los activistas políticos de los partidos de ellos, este—los conocían, ¿no? Conocen a su gente. Saben quiénes son de su partido. Saben quiénes son los contrarios. Entonces sacaban los documentos de su gente y boicoteaban los documentos de los contrarios, ¿verdad? Entonces era un pleito y una cosa terrible porque se manoseaba y se sigue manoseando de hecho hoy es peor que antes porque antes, cuando yo estaba ahí, todos los partidos tenían representación en este organismo. Ahora mismo, no. Ahora solo los partidos tradicionales tienen representación y supuestamente el organismo es independiente y no es cierto, o sea—o sea la corrupción ahora está más arradicada, digamos, verdad. Total que estando ahí yo vi muchas cosas, verdad, y eh—o sea, ilegales lo que pasa es que si tú decías algo, nadie te hacia caso porque ellos tienen el control de todo. Es como que tú sepas que tu vecino es ladrón, pero al mismo tiempo es policía.
GALVEZ: Mmm.
ESCALANTE: Si me entiendes.
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Bueno, aquí en este país es diferente, pero digamos que haya en Honduras si—si tú eres el policía y eres ladrón, o sea es difícil que alguien te acuse, no, porque tú eres parte de—de la autoridad que supuestamente debe perseguir el delito, ¿no?
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Verdad. Entonces era una cosa muy, ¿qué te diré? Muy difícil. Te digo que yo estuve trabajando siete años y también nos involucramos para organizar un sindicato precisamente para denunciar esta sinvergüenza que hacían las autoridades, ¿no? Y sí, tuvimos algún éxito porque logramos parrar varias situaciones irregulares o le decíamos a la gente. Investigábamos lo que querían hacer y nosotros se los decíamos a la cu—a la—a la—a la ciudadanía.
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Entonces como ya la ciudadanía se enteraba, empezaban a protestar y entonces los—ellos lo que querían hacer eso, ya no lo hacían o ya no lo podían hacer tranquilamente al menos, porque sabían que la gente ya estaba integrada. Nosotros averiguamos las cosas y se la decíamos a la gente. Hacíamos una conferencia de prensa y ahí le decíamos a—a la población, ¿no? Y que las autoridades del registro nacional de las personas, que así se llamaban las organizaciones, quieren hacer esto y lo otro en contra de ustedes, ¿verdad? Entonces la gente decía, “¡No, desgraciado! ¡No podemos permitir eso!”
GALVEZ: [risa]
ESCALANTE: Entonces, esa actitud mía siempre no—porque lo aprendí, porque éste—me informé en esa—en esa actitud de que la justicia debe ser primero, de que los derechos de las personas son inviolables, se deben respetar, eh—de que Dios no quiere la injusticia también aprendí eso. La palabra de Dios te dice que Dios defiende los derechos de los más humildes, no, de las viudas, de los huérfanos, verdad, de los desamparados, sí. Esa conciencia eh—cristiana que—con la que yo crecí y que sigo manteniendo hoy en día, eh—me movía y me sigue moviendo hoy en día, a no ser tolerante con lo que es injusto, ¿no?, a ser tolerante con el respeto a las personas, a no ser tolerante contra actitudes de discriminación, por ejemplo, de racismo, todas esas cosas que son propias de sociedad este—enfermas, no. Y que la intolerancia, digamos, lo lleva actuar de esa manera, ¿verdad? Y, pues, caminando en este camino [pausa] eh—he tenido muchas satisfacciones, ¿no? De ver cómo la gente se organiza y—y decide—decir “basta,” a cosas que han sido prácticamente, una historia en su vida, no, de abuso, del respeto. Llega un momento en que la gente porque adquiere conciencia y porque uno también les enseña, no, y les dice que eso no—no está bien, que la ley existe para que se respeten, no.
GALVEZ: Mmm.
ESCALANTE: Mucha gente ha decidido organizarse, no, lo—por ejemplo, los jóvenes, las mujeres, estas organizaciones que trabajan por el medio ambiente. Ahí hay un—yo pues—y—bueno, las personas con las que yo siempre estuve trabajando y evidentemente yo la parte de ahí, hemos logrado en su momento, no. Que hubiera conciencia, no, para—participar, para decir “basta,” para proponer, para establecer cambios, para seguir privilegiando a los—a los corruptos, digamos y la gente votara de otra manera, no. Que escucharan las propuestas, que las analizaran, que vieran el perfil de las personas, de los candidatos. Verdad que no se dejaban llevar por el tradicionalismo, porque éste es mi color, porque por este partido votó mi abuela o mi papá, y qué sé yo, sino ver si efectivamente esta gente que te está proponiendo cosas la van a cumplir, ¿verdad? Entonces mucha gente ya cambiada y ahora mismo en Honduras, por ejemplo, a raíz de tanto abuso, tanto atropello, eh—se hicieron unas elecciones del candidato que ganó, ganó porque la gente apoyó, verdad, a este candidato. Pero la corrupción que hay en el país es tan grande, que el presidente, que, primero que nada, no debió hacer postulado para ser presidente, porque la Constitución prohíbe la reelección, verdad, el que ya era presidente no se puede reelegir. Lo prohíbe la constitución, pero este hombre manipuló la ley a su favor, se postuló a la reelección, perdió las elecciones, pero sigue siendo el presidente, ¿verdad? Perdió las elecciones porque el que ganó fue el otro candidato, el candidato de la oposición.
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: Y esto, a raíz de que ha pasado todo esto, a raíz de que la gente se cansó del abuso, del atropello, de—de la corrupción, de cómo se roban el dinero, como debían los fondos que deben de servir para la salud, para la educación del pueblo, para el empleo, para la vivienda, todos esos dineros se quedan en las manos de los ladrones y la gente se está pareciendo. Honduras es unos de los países más pobres del mundo. Es el—el país más pobre de América Latina ahora mismo. Imagínate. O sea que de los años de que yo te digo, que empezamos a luchar en contra toda esta injusticia—estoy hablando de los años ochenta—hasta la fecha, nada ha cambiado. Al contrario, ha empeorado la situación. Honduras tiene el—el [pausa] el triste eh—récord de ser unos de los países más violentos del mundo, unos de los países más corruptos del mundo, y uno de los países más pobre del mundo, imagínate. El país más pobre de América Latina, 64-65% de la población vive en la pobreza. El 45% de esos 65% que sean la pobreza, vive en la extrema pobreza, en la miseria, pues, ¿verdad? ¿Por qué? [pausa] Porque el sistema político es un sistema eh—fallido, verdad, donde unos pocos se han enriquecido, tienen mansiones aquí en este país, en Miami, en California, verdad, con todos los dineros que se han robado. Tienen cuenta bancaria en Suiza, en la—algunos países en el Caribe, Las Islas Caimán, no sé dónde, eh—¿y que te diré? A raíz de todas esas situaciones que pasaran, eh y sobre todo por la muerte de mi hermano, verdad, eh—mis hijas ya empezaban a crecer, nuestras hijas. Mi esposa trabajó muchos años con la gente del—de la eh— agencia internacional para el desarrollo de—de este gobierno de los Estados Unidos, la US—USAID. [pausa] Eh—y a raíz de eso, decidió mi esposa averiguar si podría aplicar para la residencia, no. Pensando de nuestras hijas, pensando en que la situación se estaba descomponiendo de una manera horrible, pensando que mi hermano había sido asesinado, pensando que, si algo pasaba con mis hijas, ya eh—esa para mi va a ser el acabose, no, verdad. Tal vez, un [pausa] un—un poco de paranoia, no, en—en cuanto a—a mi actitud, no, pero, no sin fundamento. Acuérdate mi hermano había sido asesinado, no, y mucho jóvenes habían sido asesinado en ese tiempo también. Eh—ahí termina un poco parte de la historia de—de que te cuento, no. Porque salí del país, mi esposa consiguió esa residencia, y así fue como nos venimos a este país prácticamente de una situación de huir, verdad, y de proteger, digamos. A—a nuestras hijas, pues, ¿verdad? Pensando en que aquí por lo menos iban a tener la posibilidad de estar en un ambiente, eh—sano, sin violencia extrema, digamos, aunque sabemos que en este país hay violencia extrema en lugares específicos, en las ciudades, no, más grandes. Eh—sin embargo, no es tan extremo como es por ejemplo ahora mismo eh—en nuestros países como Honduras, como México, no, Guatemala, que tiene una situación de violencia extrema. Eh—y así decidimos venir. Eso fue en el 2008. O sea, yo trabaje en ese Registro Civil de Honduras, Registro Nacional de las personas hasta al año 2007. En el 2008, hasta al año 2008, mejor dicho. En el 2008, mi esposa resuelve ese asunto de la—de la residencia, se la dan porque ya trabajó veinte—casi 21 años para esa gente, y tuvo un—un récord muy bueno, entonces le dieron eso y así nos venimos. O sea, decido salir de Honduras, por el tema de la seguridad de—de mi familia, específicamente mis hijas.
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: ¿Verdad? Y fue un—fue una cosa triste, ¿no? Nadie quiere salir de su país. Tengo yo amo a mi país. Jamás hubiera pensado en salir de mi país. Tuve la oportunidad de venir antes, no—nunca quise. Porque lo que necesitaba, lo—lo tenía allá, ¿verdad? Eh—pero haciendo tu padre de familia, desgraciadamente a veces no te queda alternativa, tienes que pensar en tus hijos. Y por pensar de tus hijos, tú haces lo que sea necesario, ¿verdad? Me siento mal porque creo que pude haber he—seguido haciendo cosas en favor del—del descentramiento de la justicia de mi país. Creo que pude haber seguido luchando para que las cosas cambiaran. Lo cierto es que las cosas no han cambiado. Al contrario, han empeorado. Lo que ha cambiado es la conciencia de la gente, el deseo de la gente de—de no tolerar más la—la—la—la corrupción, la injusticia, la impunidad, ¿verdad? Y por eso la gente eligió ahora mismo, verdad, a un nuevo gobierno. Pero la corrupción se impone y la corrupción sigue estando ahí. ¿Por qué? Porque este tipo que no va a las elecciones, a la brava se ha quedado ahí. Y lo más triste, ¿sabes qué? El gobierno de este país lo ha respaldado, el gobierno de los Estados Unidos. No entiendo por qué le han dado un voto al respaldo al ladrón, al corrupto, al que está involucrado en narcotráfico. Me gustaría entender por qué. Que intereses se—se mueven ahí. Cuando este país siempre es el abanderado de la democracia, del respeto a la libertad y todo eso, ¿no? No lo estoy viendo en mi país. Ellos no están apoyando lo que la gente eligió. El principio de la democracia se basa en que—eh la voluntad de la mayoría es la que prevalece. Es la voluntad de la mayoría no se están respetando. Y debido al respaldo que el gobierno de Estados Unidos está dando al corrupto, al ilegal que está el usurpador, ellos no están respetando la democracia. No están respetando el derecho del pueblo de Honduras, a su libre elección.
GALVEZ: Mmm-hm.
ESCALANTE: ¿Verdad? Y te lo digo porque eso era fraude. Una cosa, evidente, clara, o sea la manipulación que hubo de los resultados es—es descarada y está ahí, ¿verdad? Han habido universidades de este país que hicieron estudios de—de ese fraude, y que han determinado que efectivamente el fraude existió y que el resultado de la elección es ilegal. Por cuánto—el que ganó, no pudo haber ganado porque con el 70% a las altas que habían escrutado, la tendencia de la oposición era de que tenía 5% arriba. Según estas universidades de California, una universidad de Nueva York, creo que fue a la otra, de Texas, otra, eh—con sus expertos, no, en esta área de estadística, dijeron que el 5% con un 70% de actas escrutadas e irreversibles. O sea, es imposible [pausa] que alguien que va ganando con 5% de ventaja, habiendo escrutada el 70% de las papeletas, pueda perder la elección. No—no—no pasa. En Honduras, pasó. El que iba ganando por 5% pierde la ventaja y el que va perdiendo por 5% termina ganando. Por unos puntos y algo de diferencia. Eso es imposible. Lo que te quiero decir con esto es que hubo una manipulación de los resultados.
GALVEZ: Mmm-hm. - Synopsis: Exilio political, vida y lucha en los Estados Unidos / Political exile, life, and struggle in the U.S.Keywords: exilio political; political exile; obrero; trabajo; complicidad de los Estados Unidos en la situación de Honduras; labor; work; complicity of the U.S. in Honduran political situationTranscript: null
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